Colaboración especial de macardiel@outlook.es

Jueves, 24 de Octubre de 2013

De Cercedilla a Segovia. 32 kilómetros. Asistentes: Primi y Michel

A las 07:15 de la mañana, con mi pequeña mochila casi vacía, completamente de noche, espero a Primi en la Plaza de Correos. Llega en su coche inmediatamente y, sin demora, nos acercamos a comprar una barra de pan en la Panadería que conocemos como “de Bolinga”, que sabemos que suele estar abierta al público a estas horas tan tempranas. Acto seguido aparcamos cerca de la Estación de Trenes donde esperamos el de las 07:50 con destino a Cercedilla. Pronto aparece nuestro tren en el casi desierto andén. Aún es noche cerrada, la temperatura es agradable, aunque suponemos que va a llover.

A las 08:30, bajamos desorientados en Cercedilla sin saber qué camino tomar. Está amaneciendo y bajo una espesa niebla, comienza a llover, obligándonos a abrir nuestros paraguas (que ya no cerraríamos a lo largo de todo el día).

Caminamos bajo nuestros paraguas fijándonos en los indicadores que aparecen por ver si nos daban alguna pista. No vemos a persona alguna a quien preguntar. Primi intenta parar algún coche pero no se detienen. Deben pensar que estamos haciendo auto stop. Mientras damos una larga vuelta por el pueblo, por fin encontramos a un hombre que nos indica que debemos volver hacia la estación. Cuando regresamos, una mujer nos señala la dirección que debemos tomar: la carretera de las Dehesas.

A las 09:10, encontramos una indicación del Camino de Santiago que sabemos que nos llevaría hasta nuestro objetivo, el Puerto de la Fuenfría. Sin dudarlo, la seguimos comenzando así nuestra andadura bajo la lluvia. En realidad es un molesto sirimiri cuya insistencia acaba resultando muy desagradable.

Continuamos la cómoda ascensión dejando atrás Cercedilla, hasta detenernos en el Centro Valle de la Fuenfría, Sierra de Guadarrama, situado en el kilómetro 2 de la carretera de las Dehesas.

El Centro está cerrado hasta las 10:00 de la mañana. Pasamos la valla, cerrada con un candado, pero fácil de abrir y sale el encargado a nuestro encuentro con cara de pocos amigos.

¿No han visto que está cerrado?.

Nos disculpamos y le preguntamos la mejor forma de continuar hasta el Puerto de la Fuenfría. Nos indica que debemos seguir los puntos verdes marcados en los pinos al tiempo que nos facilita un par de mapas con el itinerario. Cuando nos vamos a marchar sale de nuevo a nuestro encuentro para advertirnos que tengamos cuidado pues puede haber cazadores. Le agradecemos la información y continuamos despacio bajo la lluvia y la niebla intentando seguir los puntos verdes mencionados. Pronto comprobamos que los puntos verdes y las indicaciones del Camino de Santiago siguen la misma ruta.

Ascendemos con lentitud siguiendo fácilmente los puntos verdes que nos indican la senda y comprobando en los mapas algunos de los accidentes del terreno para asegurarnos no perdernos. Hay bastante niebla y no nos distinguimos a unos 100 metros de distancia. Es imposible ver los picos cercanos que sabemos que están ahí: la Bola del Mundo, las Cabezas de Hierro, etc. La niebla nos lo impide.

Mientras ascendemos por la calzada romana encontramos varias indicaciones con mapas de referencia de la calzada.

A las 11:20 coronamos el Puerto de la Fuenfría y, satisfechos y sin detenernos, pues no vemos refugio alguno, comenzamos el descenso siguiendo ahora las flechas del Camino de Santiago por un camino cómodo, descendente y fácil de caminar. Ya no existen los puntos verdes. Estamos buscando un lugar donde cobijarnos de la lluvia para descansar y comer algo. Al no encontrarlo continuamos descendiendo sin saber exactamente dónde nos encontramos, aunque siempre siguiendo las flechas del Camino.

Mientras caminamos me voy quedando rezagado buscando con la mirada níscalos o setas, cosa que no encuentro. Primi me espera de cuando en cuando.

A las 12:30, viendo que no es posible refugiarnos en lugar alguno, decidimos parar al resguardo de unas rocas y las ramas de unos pinos, a tomar unas cervezas bajo la molesta lluvia. Descansamos unos 15 minutos hasta que, incómodos, decidimos continuar la andadura.

Dejamos atrás la Fuente de la Reina y nos vamos aproximando, bajo fuertes rachas de viento, hacia la Cruz de la Gallega y el Cerro Matabueyes.

A las 14:00 ha dejado de llover y ha desaparecido la niebla y, por fin, nos detenemos cerca del Cerro Matabueyes, divisando ya la ciudad y la Catedral de Segovia, bajo unos pinos no muy altos, en un remanso de rocas que nos protegen del fuerte y frío viento que nos azota por los cuatro costados. Damos cuenta de unos buenos bocadillos de chorizo, queso y salchichón, acompañados de cervezas y frutas variadas, mientras descansamos de la larga andadura.

Calculamos que nos quedan unos 10 kilómetros aproximadamente para finalizar la andadura.

Terminados los bocadillos retomamos el camino, ahora con nuevas energías y mejor tiempo. Poco a poco nos vamos acercando a la Fuente de San Pedro, fuente que conocemos bien, pues muchas veces nos hemos acercado hasta allí desde Segovia en nuestros entrenamientos.

Sin incidencias y, ahora, sin lluvia ni niebla, cansados, pero animados por la cercanía del fin de la etapa, llegamos a la ciudad y hacemos una parada en El Jauja, donde tomamos un par de cafés. Acto seguido nos dirigimos a la Estación de Trenes donde esta mañana hemos aparcado el coche de Primi. Casualmente nos encontramos con Ángel que comienza su paseo diario. En pocos minutos Primi me acerca a casa.

A las 17:00 llego a casa.

En total hemos invertido unas 07 horas caminando a lo largo de los 32 kilómetros. Aunque la jornada ha sido agotadora ambos pensamos que ha merecido la pena.