Un año más me ha correspondido el privilegio de escribir este prólogo a modo de saludo y presentación de esta, nuestra particular y valiosa guía, a la que cariñosamente denominamos Guía del Peregrino Segoviano (GPS_2005), y cuyo objeto es acercarnos un poco más al “Camino de Santiago”.

El “Camino”, entre otras muchas cosas, nos enseña a vivir el presente ya que en la vorágine de la vida cotidiana estamos anclados en el pasado y preocupados por el futuro, perdiéndonos el día a día que nos ofrece ese presente. La vida no es una carrera, sino un viaje que debe ser disfrutado a cada paso. Ayer es historia, mañana es misterio y hoy, hoy es un regalo: por eso se le llama "El Presente".

El “Camino” nos muestra que lo realmente esencial pesa poco y nos cabe en una pequeña mochila de la que incluso nos desprendemos de cosas superficiales para hacerla mas ágil y llevadera, separando así lo realmente importante para nuestras vidas.

El “Camino” se transforma, se detiene, en ese “Presente” que nos ayuda a extraer la verdadera esencia de cada día y de cada uno. Esencia que, a través de historias de peregrinos que apenas en unas horas de convivencia con otros originan tal grado de confianza que posiblemente se confiesen parcelas de sus vidas de las que nunca hayan hecho participes a otras personas, descargando sus miedos y problemas o al menos olvidándolos por unas horas en esas largas etapas que invitan a la reflexión.

Peregrinos que posiblemente no se vuelvan a encontrar a lo largo de sus vidas pero que, en esos días, han sido sus amigos, confesores, asesores, abogados, a veces aprendices de médicos aconsejando aquello que le pasó, aquello que vio o aquello que le contaron y que nunca olvidaron. Finalizado “El Camino”, este “Presente” pronto se convertirá en “pasado”, pero será un “pasado” que siempre permanecerá “Presente” en nuestras memorias. Esa permanencia, se constituye como una más de las grandezas de “El Camino”.

En la presente Guía, aunque muy similar a la de otros años, dado que nuestro tiempo anualmente dedicado al Camino es limitado, se han modificado algunos itinerarios y trayectos con respecto al año anterior con el fin de conocer con mayor atención nuevos refugios y albergues, nuevas poblaciones con sus monumentos peculiares, iglesias, monasterios, capillas, calles y, en definitiva, nuevas gentes. Se han disminuido algunas etapas con el consiguiente aumento de otras aunque, al final, el recorrido será muy aproximado.

Al igual que el pasado año, nuestro itinerario comenzará en Astorga, ciudad donde se juntan el camino Francés con el de la Plata. Después de caminar unos 260 kilómetros de recorrido, llegaremos a Santiago de Compostela, meta final de nuestro destino.

Atrás habrán quedado infinidad de poblaciones que, cada una con sus especiales características, cada una con sus circunstancias, cada una con sus anécdotas, quedarán para siempre en nuestros recuerdos.

Quiero agradecer desde aquí la continua atención que nos prestan las gentes de esas poblaciones del Camino, muchos ahora buenos amigos nuestros, facilitándonos la intendencia necesaria para hacerlo más llevadero y que, sin su aportación, nos resultaría, en muchas ocasiones, extenuante y problemático.

También me gustaría dedicar un agradable recuerdo a aquellos amigos peregrinos con los que hemos compartimos esta aventura en años anteriores y que, aún perdido ya el contacto con ellos, permanecen en nuestros recuerdos.

A todos ellos, y a aquellos que por primera vez sientan la intención de efectuar esta magnífica aventura, para los que espero que esta guía pueda servirles de alguna ayuda, vaya nuestro saludo más afectuoso.

Saludos.