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CAMINO DE SANTIAGO 2008
Guía del Peregrino

CONSEJOS BÁSICOS

QUÉ LLEVAR

Mucho ánimo y poco peso. No carguemos la mochila (no más de 10 kilos) con objetos innecesarios o que se puedan adquirir en el Camino; evitaremos las rozaduras de las correas. La mochila ha de ser cómoda y ligera. Procúrate una de tipo anatómico, con correas en la cintura y el pecho y con bolsillos laterales y superiores. Hay que meter las cosas en la mochila de forma ordenada y en bolsas de plástico de diversos colores para facilitar su uso y prevenir que se puedan mojar.

Lleva un calzado adecuado, es la parte fundamental del equipaje, y nunca estrenes las botas en el Camino. Son indispensables unas botas bien adaptadas al pie, cómodas, que sujeten el tobillo y con una suela que no resbale. Lleva calcetines de algodón, siempre limpios, secos y bien colocados, para evitar rozaduras. No olvides unas chanclas para usar en la ducha y para descansar en los finales de etapa.

Es preferible realizar el Camino en primavera o a principios de otoño. En verano es difícil conseguir dormir en los albergues, previsiblemente llenos hasta la bandera. Y hay tramos en los que el calor será asfixiante. En invierno, algunos tramos de montaña resultan gélidos.

El saco de dormir resulta muy útil, ya que los albergues ofrecen muchas plazas en el suelo. Si no se lleva saco, conviene incluir en la mochila una funda de almohada, dado que la higiene en algunos albergues es muy primitiva. Viene bien llevar una esterilla, para cuando no hay otra opción que dormir en el suelo (ocurre a menudo).

Cargar con cazuelas y sartenes es un error. Hay albergues que sirven comidas, y el Camino está sembrado de restaurantes con menús a precio módico. Los albergues en los que se permite cocinar cuentan con los utensilios necesarios. Lo mejor es llevar sólo una navaja.

No olvidemos la cantimplora con agua, ni el bastón o bordón para acompañar el paso en caminos resbaladizos o abruptos.

Papel higiénico, toalla y cortauñas no deben faltar en la mochila. Los imperdibles sirven para colgar la ropa húmeda de la mochila mientras andamos.

Botiquín: aguja e hilo para pinchar las ampollas, desinfectante, tijeras, esparadrapo, vendas de algodón, alcohol, un laxante y un antidiarreico, crema antinflamatoria y aspirinas o paracetamol. Y crema de protección para evitar quemaduras solares.

Documentación (tarjeta de la Seguridad Social y DNI), imprescindible. Una guía escrita del Camino ayuda mucho al peregrino, al igual que una libreta para tomar notas. Si queremos la Compostela, hagámonos con el libro de sellos o credencial del peregrino en nuestro punto de inicio del Camino.

En lugar de dinero en efectivo, utilicemos tarjetas de crédito. Son más seguras.

UNA VEZ EN MARCHA

Al caminar, ten en cuenta que todo el Camino está marcado con flechas amarillas y mojones de piedra. Sigue la flecha.

En verano evita las horas de más calor, sal lo más temprano posible. Ponte crema protectora para el sol y no uses durante muchas horas, los primeros días, camisetas y pantalones cortos.

Procura no caminar muy rápido los primeros días hasta que conozcas tu ritmo más adecuado. Si peregrinas en grupo procura adaptarte al ritmo del más lento, en el Camino no hay que llegar el primero, sino alcanzar la meta. No hay competición alguna.

En los tramos de carretera, siempre ve por el arcén izquierdo, no olvides que eres la parte más débil y que los automóviles no se fijan mucho en un "simple peatón". Si se hace el Camino en grupo, no se deben crear apelotonamientos en la calzada. No es conveniente caminar por la noche, pero si se hace, se deben usar reflectantes que avisen de nuestra posición a los vehículos.

En caso de agotamiento por calor, busquemos un lugar fresco para descansar, beber líquido e intentar recuperar los minerales perdidos (un litro de agua con una cucharadita de sal y media de bicarbonato). Si los calambres son fuertes, aumentaremos la cantidad de sal.

Lleva siempre a mano algo dulce y frutos secos para reponer energías en un momento de desfallecimiento.

Trata con amabilidad a la gente que encuentres en el del Camino. No son ingenuos a tu servicio, sino personas normales que tratan bien a los peregrinos.

Si encuentras alguna deficiencia o se te ocurre alguna sugerencia para mejorar las cosas, ponte en contacto con alguna de las Oficinas de Información.

No te desanimes ante los problemas. Esto no es un viaje turístico "todo controlado"; los problemas surgirán, pero forman parte de "tu Camino" y muchos peregrinos antes que tú los han sufrido y superado.

PARA NO PERDERSE

Sigue siempre las flechas amarillas. No hace falta que adquieras ningún libro de mapas del Camino, sólo basta con que te fijes en las flechas amarillas que están marcadas a lo largo del recorrido. Aunque cruce todo tipo de suelos o se complique su trazado, las encontrarás en los lugares mas insólitos: árboles, pequeñas piedras en el suelo, muros, porteras, etc.


No olvides la Credencial.