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Mi Primer Camino


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Sábado, 08 de Junio de 2004
Mi primer Camino

Por Luís Barrio  


Hace unos meses, cuando me enteré de que unos compañeros míos realizaban anualmente parte del Camino de Santiago, hubo un especial interés por mi parte, en conocer los pormenores de dicha actividad pues, desde hace mucho tiempo, me ha llamado la atención poder llevar a cabo dicha peregrinación.

A partir de aquí, se puso en marcha un proceso consistente en prepararme tanto desde el punto de vista de compra de ropa, calzado, etc. con el fin de estar suficientemente equipado, como desde el punto de vista físico, es decir estar entrenado.

Así, en ratos libres, fui a recorrer las tiendas de la Ribera de Curtidores, dónde compré botas de andar en montaña, mochila, etc. Por otra parte, y con objeto de estar en forma, siempre que tenía algún rato libre, me calzaba las botas de montaña, y a pasear por Madrid. Los fines de semana, realizaba el recorrido más largo, desde el Puente de Toledo a la Plaza de Castilla, cuyo trayecto, ida y vuelta, se lleva a cabo en algo más de las tres horas y media.

Con la incertidumbre de todo lo que se va a hacer por primera vez, me surgían dudas. ¿ Podría aguantar un paseo de tantos kilómetros, a lo largo de una semana, con una mochila que pesa un montón de gramos, (para Iberia catorce kilos), dormir pocas horas en albergues, etc. etc. ?.

Al fin, concretamos junto con el resto de compañeros de viaje, que los veteranos, Angel, Míchel y Primitivo, comenzarían en Astorga, el día 6 de mayo, mientras que otro compañero, Luís Martín y yo, iniciaríamos el Camino, en Ponferrada, dos dias después.

Hasta la fecha en la cual me incorporé, me dijeron que había que destacar en las dos primeras etapas, la subida al puerto de La Cruz de Hierro, pues fue especialmente dura, debido a la nevada y a las bajas temperaturas.

El día 8 de mayo, temprano, junto al castillo templario de Ponferrada, comienzo el Camino, escuchando lo más atento posible las recomendaciones y consejos de los compañeros con experiencia. Nos pusimos en marcha en dirección a Santiago, en una mañana fresca pero agradable para andar.

Pronto, casi sin darme cuenta, ya que íbamos charlando tranquilamente, realizamos la primera parada. Y conozco al primer peregrino que no es de nuestro grupo. Me llamó la atención que Ernesto, de Maracaibo (Venezuela), se comunicaba con nosotros como si le conociéramos de toda la vida.

Ese ambiente de solidaridad, entre los peregrinos, con independencia de su procedencia u otras diferencias entre ellos, ha sido lo más llamativo, a mi forma de ver, del Camino de Santiago.

Comimos en Cacabelos en “La Moncloa”, y posteriormente continuamos hasta Villafranca del Bierzo. Todo riquísimo, incluso las truchas “comunes” que nos sirvieron.

Una vez instalados en el albergue municipal, vimos la iglesia de Santiago, de estilo románico, y después a cenar, a casa Jato. Es un sitio, albergue-restaurante, muy original, y dónde el mesonero nos demostró sus artes en hacer "queimadas". Desde que estuve en la mili en tierras gallegas no habria vuelto a ver otra, y de ello “ha llovido”, y mucho.

Así mismo me sorprendió la cantidad de extranjeros, de toda procedencia y condición que siguen el Camino, principalmente desde Francia.

Esa noche, cenamos con Yolanda y Reyes, de Sevilla, David de Plasencia, Ute de Alemania y Alfonso de Cantabria. También conocí a Manuel de Jerez, entre otras personas.

Domingo, 09 de Mayo de 2004

El domingo 9 de mayo, alrededor de las ocho de la mañana y lloviendo, partimos hacia O Cebreiro. Atrás dejamos a Villafranca del Bierzo, localidad que tiene un conjunto histórico-artístico de gran valor. Destaco, si cabe, la iglesia de Santiago, ya citada, Convento de San Francisco y el Castillo.

Ya en ruta, no se me olvidará el recorrido por la vega del río Valcarce. Se me iba la vista continuamente hacia el río, qué charcos, qué chorreras, qué tablas, ... en fin, y yo con la caña en la mochila. Luego el cachondeo, que si no la has traído, que a fulano se la he enseñado, ... pero recogida, ... y así hasta Las Herrerías de Valcarce.

Comimos en A Casa do Ferreiro, “La Fragua”. Yo en particular muy bien, una cazuela de bacalao con tomate, que no hice “barquitos” de pan, porque había que subir a O Cebrerio practicamente desde la misma puerta del restaurante.

Y seguía lloviendo. Después con niebla, alcanzamos el monte. Ducha, cena y otra fiesta. Los gaiteiros de Rábade, con Chys, Suso, Kiko (Sr. Alcalde), nos dieron una velada de no olvidar.

Lunes, 10 de Mayo de 2004

Tras descansar en el albergue, salimos prontito y con niebla cerrada para continuar la siguiente etapa. Vemos una iglesia del prerrománico, San Juan, en Padornelo, y poco más adelante subimos el Alto del Poio. Yo pensaba que el día anterior había subido todas las cuestas, pero ésta si que es empinada, aunque corta.

Más adelante, la señora Carmen, vecina de O Biduezo, me ofrece una "filloa" recién elaborada, que estaba exquisita, pidiéndome a cambio la voluntad, “si es posible”.

Marchando cuesta abajo, tuve de compañero a Kiko una parte larga de esta etapa, hablando, amenamente, de fútbol sala, de triatlón, etc.

Comemos en Triacastela, después de sellar la credencial en el albergue, cercano al río que pasa por dicha localidad.

Pronto continuamos, pues aún queda bastante jornada. Tenemos un día espléndido, algo fresco y llegamos al albergue de Calvor. Hicimos colada con la ropa, que nos vino estupendamente para el resto de la semana.

Martes, 11 de Mayo de 2004

Después de desayunar en Aguiada, iniciamos viaje dirección Sarria, con un cielo azul, que me gustaría que vieran los detractores de Galicia, que dicen que llueve mucho. Desde que entramos en esta comunidad autónoma no tuvimos que usar el paraguas. Comimos pronto, en O`Xestelo con Carmen, “la galega más guapa del Camino” (alguien decía que más que gallega parece cordobesa, de las que pintaba Julio Romero de Torres), y seguimos viaje hacia Portomarín.

En este pueblo y rescatado de las aguas del pantano construido hace no muchos años, está una iglesia románica que me recuerda a la catedral de Villalcázar de Sirga (Palencia), también en el Camino de Santiago.

Circulaban rumores de poder probar "anguilas del Miño", aunque no pudimos encontrarlas, pero si Dios quiere, en otra ocasión, degustaremos el citado manjar.

Miércoles, 12 de Mayo de 2004

A las ocho de la mañana, del día siguiente, enfilamos para cruzar el embalse, por una pasarela estrecha y que se movía algo al andar sobre la misma. Ideal para tener vértigo. Más adelante contemplamos el cruceiro de Lameiros, según la marcha, a mano izquierda.

Ya cercano el mediodía, nos paramos a comer en el Mesón A Brea, km. 31 de la carretera Nacional Lugo-Santiago. Qué buen churrasco y que tierno. Delicioso.

Por la tarde llegamos a Palas de Rei, no encontrando plazas libres para todos en el albergue, por lo que seguimos hasta otro particular y nuevo de este año, Casa Domingo. Antes de llegar me encuentro con Ñete, segoviano, antiguo jugador de fútbol, al que saludamos con sorpresa y emoción, y cambiamos impresiones de la ruta.

Ya en el albergue, buena cena y atenciones. Nada más llegar a casa Domingo, el albergue más limpio de los habitados en la semana y, sin ni siquiera haber soltado la mochila de la espalda, me indicó la dueña de la casa, que no se me ocurriera pescar en el río ya que el Seprona viene a menudo y multa a quien no tiene licencia y permiso en el coto. Como para intentarlo.

En este albergue conocimos a Gorka de Donosti.

Después de la cena, otra, y última queimada de este Camino. En esta ocasión se le notaba al mesonero que no la realiza a menudo, puso mucho interés en el ritual, pero casi nos quema con el orujo hirviendo. Tertulia muy agradable, hasta las tantas.

Jueves, 13 de Mayo de 2004

Ya es jueves, y otro día radiante. Desayunamos en Casa de los Somoza, una casa rural preciosa, dónde nos recibieron con una amabilidad, que se puede hacer extensiva a toda Galicia. Seguimos hacia Melide ( ya en la provincia de A Coruña) visitando la iglesia de Furelos, donde se encuentra el "Cristo de la mano tendida".

Otro río truchero, y yo sin catarlo.

Melide, tiene una iglesia románica preciosa en el centro del pueblo. A comer en casa Ezequiel. Era pulpo con cachelos. En ella, coincidimos con un grupo de tinerfeños, Chencho, Marcelino, de Luis, Paco, (pido perdón a quién no indico el nombre) que seguían el Camino con guitarras. Nos hicieron cantar, vibrar, pasar un rato inolvidable. Tarareamos isas canarias y música popular, de la que no pasa de moda. Por ejemplo, “Caminito de Santiago”, que la letra dice, algo así:

“Si me quieres ver a Santiago voy,
pregunta por mi que en Santiago estoy ...
El día quince de mayo, en Santiago estoy,
si me quieres ver a Santiago voy ...
No me voy pa Lanzarote, ...
no me verás el bigote ...”

O esta otra canción:

“Vale mas, vale más ser soltero como yo,
y vivir y vivir placentero como yo,
y cantar y cantar ...
a mujeres que se dejen amar ...”

Lo más importante es ponerlo música como estos tinerfeños lo hacen y escucharlo, pero en estas líneas es imposible. De todas las maneras, para resaltar lo bien que lo pasamos, puedo decir que más de trescientas personas cantamos y bailamos, al ritmo de sus canciones. Espectacular.

En esta ocasión conocimos a un grupo de peregrinos que realizaban el Camino a caballo. Más adelante, coincidimos, varias veces con ellos.

Seguimos hasta Ribadiso de Abaixo, en algunos momentos andando junto a los compañeros insulares indicados, lo que hizo que la marcha fuera muy agradable y corta.

La cena en casa Manuel, casera y muy necesaria para recuperarse físicamente (llevamos ya varios dias de marcha y todo lo que comemos, y bebemos, nos parece poco), regalándonos la señora de la casa, Carmen, camisetas blancas, con el anagrama del bar, con las cuales asistiríamos a la misa ante el Apostol Santiago en la Catedral.

Nos acompañaron, al grupo de los cinco segovianos, además de Reyes y Yolanda (de Sevilla), las dos Beni, una de Orense, donde hace mucho tiempo, pasé un año en la mili, y por ello, hablamos, recordando viejas vivencias en dicha ciudad, del Sr. Maquieria, de Castro de Beiro, del Cuco de Velle ( por cierto, era un local dónde se celebraba una fiesta los domingos a las doce, similar a la que disfrutamos con los tinerfeños o con los gaiteiros de Rábade). La otra persona era, Beni, de Madrid, con quien, casualmente, tengo amigos comunes.

Viernes, 14 de Mayo de 2004

Última etapa larga, y tanto. Después de desayunar en Arzúa, y tras dos horas de marcha, descansamos a media mañana en A Calle. Continuamos ruta. Día precioso, andando entre los montes, oliendo a eucalipto, roble y algún castaño centenario. Por ello, quien se va a acordar de problemas. Solo es obligatorio disfrutar.

Poco después de coronar Santa Irene, comemos en Acivro (casa rural). Recuerdo a dos peregrinas austriacas, a quien el camarero no hacía ni caso, y que decían, al fondo de la terraza al aire libre, “que bien huele”. Eran chipirones a la plancha, sencillamente, “de pecado”.

Seguimos paseo, llegamos a Lavacolla y nos encontramos de nuevo a nuestros amigos cantantes tinerfeños. Sentados en la terraza de un bar, ensayamos unos cánticos junto a ellos, y luego continuamos ruta hacia el Monte do Gozo. Pasamos por las sedes de las televisiones TV Galicia y TVE, y posteriormente junto al monumento conmemorativo de la visita del Papa Juan Pablo II.

Sábado, 15 de Mayo de 2004

El 15 de mayo, sábado, como recordaban en sus melódicos cánticos los compañeros de Camino, llegamos a Santiago. Una vez tramitada “La Compostela” (documento acreditativo de haber terminado el Camino), asistimos a misa de doce en la Catedral, botafumeiro incluido, y luego la fiesta.

Comimos con los gaiteiros de Rábade, aunque algunos compañeros, que recibieron a la familia, no asistieron a la comida. Mariscada a tope y vino do Ribeiro, en abundancia.

Sencillamente, si Dios quiere, y obtengo las correspondientes licencias, habrá que repetirlo.

Quiero agradecer desde aquí a todas las personas que he conocido, los buenos momentos vividos, pero principalmente a mis compañeros, los veteranos Angel, Michel y Primi, que sin su experiencia en el Camino y buenísimo humor no hubiera sido lo mismo.

Un abrazo.

Madrid, Junio de 2004
Luís Barrio.


Catedral de Santiago