Martes, 13 de Mayo de 2008
Después de desayunar nos
despedimos del posadero y de Toñi, su mujer, y nos animamos a
comenzar la nueva etapa. Salimos en larga hilera, unos tras
otros, con dirección hacia Sahagún. Aunque es temprano, no se ven
peregrinos, por lo que presumimos que muchos han madrugado más que
nosotros.
El albergue
Retrasado con Luís Martín,
pronto abandonamos San Nicolás del Real, último pueblo de la
provincia de Palencia, y nos adentramos en tierras leonesas.
Luís
Caminamos despacio tras
nuestros compañeros con una temperatura muy agradable. Seis
kilómetros después divisamos Sahagún donde nuestros amigos ya
nos están esperando tomando un buen aperitivo en una cafetería.
Reponemos fuerzas mientras fuera cae una tenue
lluvia.
Luís
aprovecha para una pequeña I.T.V.
Cruzamos la ciudad
preguntando por la tumba de San primitivo en recuerdo de nuestro
amigo Primi, ahora ya en Segovia, reponiéndose de su sorprendente
caída.
Puerta del
Monasterio de San Facundo y San Primitivo
Por fín, damos con las ruínas
del Monasterio. No podemos entrar pues está cerrado.
Ruínas del Siglo XII
Detalle de la Puerta
Algo decepcionados
continuamos nuestro Camino que se ve interrumpido, así como el
tráfico motorizado, por un gran rebaño de ovejas que ocupa toda la
calzada. Curiosos, las vemos pasar con su caminar rápido y su
mirada inquieta e insegura.
Rebaño de peregrinas
Cuando salimos de Sahagún la
lluvia ha cesado. Fernando se ha quedado rezagado en busca de
repuestos de camisetas y de un posible y deseado masaje,
anunciado algunos kilómetros antes y que, al final, no se le
arregló. Quedamos en esperarle en Bercianos del Real,
punto de finalización de la etapa.
Cruceiro y puente románico
Continuamos la andadura
dejando atrás extensas praderas mientras nos acercamo, animados
por su cercanía, a nuestro destino.
Paco y la
Ermita
Mientras admiro la ermita, rezo una salve. Al fin
y al cabo, son cuarenta días de indulgencia y,
bueno, pues nunca se sabe.
Indulgencias
El día poco a poco se va
oscureciendo pues grandes nubarrones van cubriendo el cielo aunque
la lluvia no parece inminente. La temperatura continúa siendo
agradable y caminamos alegres a pesar del cansancio y del molesto
peso de las mochilas.
Soporte
diseñado para nido de cigueñas
Cuando llegamos a Bercial
nuestros compañeros ya han investigado sobre el albergue de
peregrinos. Aunque hay camas disponibles no parece que les ha
agradado mucho. Aún tenemos varias horas de luz por lo que,
después de un pequeño cónclave, en el que falta Fernando,
decidimos por votación democrática continuar otros ocho
kilómetros hasta la siguiente población: El Burgo Ranero.
A algunos, esta vez, la democracia nos jugó una
mala pasada pues, personalmente, estaba exhausto y sin ninguna
intención de continuar caminando. Por otro lado, este
avance nos venía bien pues Luís Javier había obtenido hacía meses
un permiso de pesca y así podría utilizarlo con más tiempo.
Soñábamos con la cena de truchas con las que nos
obsequiaría al día siguiente.
Licencia de
pesca de Luís
Reponemos fuerzas mientras
esperamos a Fernando en el Hostal Restaurante Rivero donde
encontramos a Montse. Ellas han decidido finalizar la etapa y se
quedan en el Hostal. Esther se ha retirado a
descansar.
En el Hostal
Rivero, con Montse.
Mientras charlamos con ella tomando
algunas cervezas, Montse nos sorprende con algunos
extraños movimientos que ejecuta esporádicamente con sus manos
como si de algún ritual se tratara. Cuando preguntamos su significado,
algo reacia, seguramente porque imagina nuestra
evidente (y cierta) incredulidad, nos explica que así se
van los malos espíritus y que la gente se siente mejor. Ella lleva
mucho tiempo aprendiendo y practicando estas terapias y nos asegura
con muy buenos resultados.
Por supuesto que el tema, seguramente debido a la
ignorancia de algunos, entre los que personalmente me incluyo, nos
hace mucha gracia ya que nuestra incredulidad es
total.
Finalizado ya el Camino, nuestro amigo Chema
se preocuparía de ilustrarnos sobre la "terapia pránica e
hipocondría" (ver sus interesantes e
ilustrativas "Cronicas I", al comienzo de estas
páginas). Y digo "se preocuparía", porque, "esta peregrina
catalana creyó adivinarme, tras la excelente comida de
peregrinos que
tuvimos en León, un
supuesto problema en el vientre, no sé si alto, medio o bajo
..."
Largas y llanas rectas
Cuando por fín aparece el
peregrino Fernando decidimos continuar el camino con intención de
finalizar lo antes posible la, ahora, larga etapa.
Chema, Ángel y Luís Javier se han adelantado y
nos confirman por teléfono que tenemos plazas libres en el
albergue. Tras ellos caminan Paco y Fernando, cerrando el grupo
Luís y yo.
Ya en el Burgo Ranero,
comentamos las incidencias de la etapa, acompañados por Clarita,
en una cena muy agradable. Chema ha tenido una pequeña pelea
verbal con una
peregrina a quien, a su llegada, parece
que ha despertado con los ruidos de sus plásticos. El caso es
que era muy pronto para estar ya durmiendo y los comentarios de
la señora no han sido muy oportunos.
Cena en la Casa
Rural Piedras Blancas
Bromeamos con el chiste de
"la víbora", esta vez acompañado con versiones gráficas en el
mantel. Después de la cena nos retiramos al albergue que
encontramos totalmente lleno y en completo silencio.
"La víbora"
Después de enredar un poco en el pequeño albergue
con las azules luces de los led's de
nuestras gorras, esta vez con cuidado, intentando no molestar a los
peregrinos dormidos, caemos por fin rendidos en nuestras literas.
Albergue