CAMINO DE SANTIAGO 2014
Miércoles, 18 de Junio de 2014
Etapa 2 - De Vilrinho a Barcelos (27,3 kms)

Como muchas veces me sucede, me he quedado solo en el albergue. He esperado despierto en mi litera hasta que todos se han marchado. A las 08:00 de la mañana abandono el albergue y salgo tras mis amigos a quienes encuentro desayunando en una cafetería cercana. Les comento que se les ha olvidado en el albergue una botella de vino que nos habían regalado la noche anterior. En realidad no se les había olvidado. La habían dejado allí porque nadie quería llevarla.

Luís, preparando la partida

Después de desayunar vamos saliendo de la cafetería dispuestos a caminar los 27 kilómetros largos hasta Barcelos. La mañana, entre nubes y claros, pero bastante calurosa. De momento, el fresco de la mañana invita a caminar.

En poco más de 1 kilómetro estamos en el puente medieval Zameiro, bello puente románico de piedra del siglo XI, que salva el río Ave.

Puente Zameiro sobre el río Ave

Nos internamos por la calle principal de Junqueira, adoquinada, de pavés, que particularmente a Ángel le resulta bastante incómodo debido a la fascitis que le acompaña. Algunos tramos son de carretera nacional, bastantes peligrosos, ya que no hay arcén. Los muros de granito delimitan las propiedades. Pasamos grandes y hermosas quintas de recreo, entre ellas la Quinta Vilar de Matos, uno de los mayores viveros de camelias de Portugal; unas flores conocidas como las reinas del invierno porque florecen cuando el frío marchita a las demás. La pequeña iglesia está consagrada a sáo Mamede.

Calles adoquinadas

Caminamos por un precioso paisaje de viñedos con la Igreja de Sáo Miguel de Arcos silueteada al fondo. Tras cruzar el puente de Arcos, un vado de piedra medieval sobre el río Este, un tanto afeado ahora por las puertas de gálibo que le han colocado a ambos lados, sigue un tramo precioso entre viñedos, maizales y bosques de eucalipto.

Ponte S. Miguel de Arcos

Dejamos atrás Sáo Miguel de Arcos siguiendo una carretera asfaltada con el rótulo "Caminho do Porto", que nos lleva a Sáo Pedro de Rates, una villa histórica anterior a la romanización. Era un lugar de paso de una vía romana, y ahí comienza uno de los caminos del Camino de Santiago portugués.

Igreja de Sáo Miguel de Arcos

A las 12:00, llegamos a Sáo Pedro de Rates. Este pequeño y monumental pueblo es toda una sorpresa. Nació en torno al monasterio fundado aquí, al pie del camino medieval a Santiago, por el conde D. Henrique y su mujer la condesa doña Teresa en 1100. Según la leyenda, en este lugar estuvo enterrado Pedro, discípulo directo del apóstol Santiago y primer mártir de la evangelización de la península Ibérica, fundador de la diócesis bracarense (Braga). Lo que queda del recinto conventual es una vigorosa iglesia románica del siglo XII, con añadidos góticos.

Igreja románica de Sáo Pedro de Rates

El primer albergue oficial del Camino Portugués, inaugurado el 25 de julio, día de Santiago, de 2004, se encuentra casi a la salida del pueblo. Entramos a visitarlo y a sellar nuestras credenciales por un procedimiento hasta ahora nunca visto, ya que consiste en dos sellos que había que poner a escuadra. En el interior del recinto se encuentra una exposición tipo museo de aperos y maquinaria de labranza.

Albergue oficial del Camino portugués
Albergue oficial del Camino portugués

La etapa continúa con unos kilómetros de agradable paseo en un ascenso suave y casi imperceptible.

A las 12:30, Ángel nos está esperando en una terraza de el Café Restaurante Real de Pedra Furada. Cuando llegamos Primi y yo decidimos comer algo allí mismo. El menú, a base de pollo con ensalada, nos sale a 5 euros. Contactamos por teléfono con Luís que se encuentra en un bar restaurante algo más adelante.

Indicador de Pedra Furada

Finalizada la comida decidimos continuar. En el siguiente tramo, todo dentro de Pedra Furada, el camino hace una serie de vericuetos que a veces parece que vas en sentido contrario; da la sensación de que podíamos haber cogido algún atajo y habernos ahorrado algún kilómetro. Por fin llegamos al bar donde nos dijo Luis que estaba, pero ya se había marchado.

La ruta jacobea empieza a descender en busca del cauce del río Cavado, donde se asienta Barcelos, una de las villas monumentales del norte de Portugal. Antes de llegar pasaremos por Pereira, Carvalhal y Barcelinhos ya en las puertas de Barcelos, en la otra orilla del río Cavado.

Peregrina de Pedra Furada

Primi se ha adelantado. Camino con Ángel hasta que, a las 15:30, decidimos parar en Pereira, en una terraza de cafetería, a tomar unas cañas. Mientras tanto, entablamos conversación con la simpática camarera, muy aficionada al futbol. Esta noche pensamos ver el partido de España contra Chile. Retomamos el Camino sin demasiado entusiasmo. Hace calor y el caminar se hace muy pesado.

Bien por tomar fotos, por descansar de vez en cuando, por el calor, o por la pereza de caminar después de comer, el caso es que me he ido retrasando de Ángel, a quien hace tiempo he perdido de vista. Los kilómetros desde Pereira y Carvalhal hasta llegar a Barcelinhos se me han hecho interminables.

Camino hacia Barcelos

Cuando, por fín, he llegado a Barcelinhos, pensando que ya estaba en Barcelos, me he metido, sin pensarlo demasiado, en el primer albergue de peregrinos que he encontrado. Albergue Amigos da Montanha. Mientras la hospitalera me rellenaba la ficha de admisión, han aparecido los peregrinos catalanes Mireia y Juande. Me han comentado que pensaban que mis compañeros habían seguido hasta Barcelos. Aclarado mi error, he cancelado mi inscripción y he continuado el camino hasta, esta vez sí, Barcelos.

Puente de Barcelos
Barcelinhos, una vez cruzado el puente

Cruzado el puente he llamado a Ángel para preguntarle por el albergue. Según me ha indicado, tendría que subir todo el pueblo hasta ver un torreón y allí tendría que preguntar de nuevo. El ascenso se me ha hecho eterno. He parado varias veces hasta que, al no encontrar indicaciones, he decidido buscar un taxi mientras tomaba una caña en una terraza cerca de una rotonda. Al no ver pasar ningún taxi he preguntado a la camarera. Me ha indicado dónde se encontraba una parada de taxis y allí me he dirigido. En 10 minutos he llegado al albergue. Eran las 20:00 horas de la tarde.

Barcelos

La ciudad ducal de Barcelos, recibió sus fueros en 1140 de manos de Alfonso I de Portugal. Era una ciudadela gótica ceñida por poderosas murallas con una torre que defendía el paso del río y otra, la Torre de Menagem, donde vivía el alcaide y que aún existe, en lo alto de la colina.

Barcelos es sobre todo la ciudad de la lenda do galo, la leyenda del gallo. Cuenta ésta que la ciudad andaba alarmada por ciertos crímenes inexplicables hasta que un día apareció un gallego que se tornó sospechoso. Él juró que no era más que un peregrino inocente camino de Compostela, pero fue prendido y condenado a la horca. Antes de ser ajusticiado pidió que le llevaran ante el juez, que en ese momento daba un banquete a unos amigos. Ante la insistencia del reo, el magistrado dijo: "Es tan cierto que eres inocente, como que este gallo asado que nos vamos a comer cantará cuando te ahorquen". Para sorpresa de todos, así sucedió. El gallo cantó y la ejecución fue paralizada a tiempo. Años después, el gallego volvió para levantar en Barcelos un monumento a Santiago y a la Virgen.

Y el gallo cantó

A los peregrinos que ya hayan hecho el Camino Francés, les sonará el milagro. Es el mismo que el de la gallina de Santo Domingo de la Calzada, que también cantó después de asada.

El gallo se ha convertido en emblema de Barcelos y también de todo Portugal.

Después de una rápida ducha salimos los cuatro con intención de cenar algo mientras vemos el partido de España - Chile. Nos encontramos con la chica de la oficina de turismo, donde habían estado mis compañeros esta tarde, a quien preguntamos dónde podíamos cenar; nos indicó el restaurante Muralha y allí reservamos para ver el partido. La cena fue bien pero el partido mal, ya que perdimos por 0-2 y toda posibilidad de continuar en el Mundial.

Mientras cenamos, se nos une a la mesa Petra, peregrina alemana de Munich, que habla perfectamente español y que han conocido mis compañeros esta tarde en el albergue.

Con Petra, peregrina alemana

Decepcionados, regresamos al albergue en torno a las 22:00 horas, ya que nos había dicho la encargada que no llegásemos después de las 22:30 porque cerraba.

Regreso al albergue