A las 08:15 de la mañana desayunamos Primi y yo en la cafetería del Hostal San Telmo. Pensábamos que Ángel y Luís ya se
habrían marchado por lo que nos sorprende verles bajar de la habitación. Imaginamos que las chicas alemanas ya se han ido.
A las 08:30 comenzamos la etapa con un tiempo excelente. Ángel viene cerrando el pelotón con 15 minutos de retraso.
El cielo se ve con una tenue capa de nubes blanquecinas que quitan
fuerza al sol. Abandonamos Tui siguiendo la ribera del Louro. Vemos grupos de peregrinos que caminan en nuestra misma dirección.
Dejamos atrás Tui
Poco a poco Primi y yo nos vamos quedando rezagados perdiendo de vista a Ángel y a Luís. Llegamos al Ponte Das Febres,
sencillo vado medieval de un solo ojo, protegido ahora por una plataforma de madera.
Ponte Das Febres
Junto a él enfermó de fiebres san Telmo, patrón de Tui, cuando peregrinaba a Santiago en 1251. Lo llevaron de regreso a la
ciudad, donde falleció. Un monolito, un cruceiro y una placa junto al arroyo recuerdan este hecho.
Monolito, cruceiro y placa en honor a San Telmo
En la aldea de A Magdalena hacemos una primera parada en un bar vecinal. Echamos una competida partida en un futbolín de esos
de hierro que no nos gustan demasiado. Poco después atravesamos la aldea y a la salida de la población nos topamos con un
calvario formado por cinco cruces.
Cinco cruces
El camino nos lleva de nuevo a vadear el Louro
por los restos de un puente medieval, al que apenas le quedan unos sillares.
Puente medieval y ribera del Louro
Antes de llegar a Orbenlle nos encontramos con Jenni y Tessa que están descansando. Continuamos con ellas hasta la aldea
donde buscamos un sitio para tomar algo.
A 500 metros
Paramos en el Bar Saint Campio donde encontramos a Ángel y a Luís, que ya se marchaba al llegar nosotros. Hay muchos
peregrinos. Tomamos unas cañas, sellamos nuestras credenciales y continuamos el Camino.
En Saint Campio - Quintenla - Louriña
Poco después, a la altura de Orbenlle hay una bifurcación, no demasiado bien señalizada, que te obliga a elegir por
el Polígono Industrial o por el espacio natural de As Gándarás y Rio Louro. Aunque
vamos desperdigados creo que ninguno lo dudamos y elegimos esta segunda opción, en un paseo muy agradable bajo
los árboles y todo el rato junto al rio.
Temporada de pesca
Camino muy despacio esperando a Primi, que viene algo tocado. El calor es excesivo y se camina mal.
Cuando llegamos a O Porriño dudamos si debemos cruzar un puente o no, pues las flechas, algunas borradas, nos confunden.
Decidimos cruzarlo (craso error) y seguimos por la carretera que atraviesa la población hasta encontrar una cafetería
donde pedimos unas cañas y descansamos un rato. El camarero nos indica más o menos dónde se encuentra el albergue de
peregrinos.
Curioso tejado arqueado
¡¡¡ A buenas horas !!!
(Ahora, ya en casa, revisando a fondo nuestra documentación sobre el camino portugués, vemos que al llegar a O Porriño existe un
puente donde algunas flechas señalan que hay que cruzarlo mientras otras indican continuar por
la izquierda sin hacerlo. Parece ser que la vereda junto al río hasta el albergue perjudica a los vecinos que tienen
algún establecimiento en la carretera porque ahora no pasan por allí los peregrinos. Entonces, unos pintan las flechas y
otros las borran. Lo que sí es cierto es que el paseo hasta el albergue es mucho más bonito, cómodo, agradable y rápido, por el río
que por la carretera).
No hay que cruzar este puente
Finalizadas las cañas y con la información que nos ha dado el camarero Primi se pone en camino. Yo le sigo algunos minutos
después, aunque le he perdido de vista. A mi paso por el pueblo veo mucha animación. En alguna iglesia están celebrando
comuniones.
Comuniones
Una hora y cuarto después que Ángel y Luís, a las 14:15 horas, llego al albergue. Hay cola para registrarse. Jenni está en el
mostrador delante de Ángel y Luís. Tras ellos varios peregrinos más.
Ahora nos empezamos a explicar muchas cosas; sobre todo por qué estaban los albergues privados de Tuí completos el día
anterior, cuando en Portugal no habíamos visto tanto peregrino. Incluso en el tramo desde Tuí a O Porriño que tan solo
nos habíamos cruzado con tres o cuatro. En la cola había familias enteras. Padres con sus hijos, con los cuñados y sus
hijos y hasta los amigos. Habían dado vacaciones escolares y era el día de empezar el Camino de Santiago con la familia.
Al poco rato de estar esperando en la cola, llega el hospitalero y empieza a entrar gente, pero la cola avanza muy
lentamente, de tal forma que Ángel entra en el albergue sin fichar, coge cama y lava la camiseta sudada que había
traído puesta; cuando sale, la cola seguía poco mas o menos.
Me extraña no ver a Primi allí. Debe andar por ahí, perdido. Quedan pocas plazas y decido llamarle a ver por dónde anda.
Parece ser que se ha pasado de largo del albergue, se ha dado una chingoleta, y está regresando ahora.
Colas en el albergue de O Porriño
Una vez efectuado nuestro registro, incluído el de Primi, tomamos una ducha y nos disponemos a salir a dar una vuelta por el
pueblo.
En nuestra habitación de literas, unas 32 plazas, hay unos cuantos niños que se divierten saltando de litera en litera y
enchufando y desenchufando móviles que los peregrinos están cargando. Se monta un pequeño revuelo con los niños cuando Luís
comprueba que han roto su clavija de conexión al enchufe. Ante la pasividad de sus padres lo dejamos estar.
Cuando voy a salir por la puerta escucho que no hay plazas para el matrimonio italiano. Ernesto, algo enfadado, me pide que,
por favor, suba a ver si veo literas libres. Regreso a nuestras literas y no soy capaz de distinguir si hay alguna libre
o no. Cuando bajo y se lo digo, él habla muy enfadado con el hospitalero señalándome con el dedo y el matrimonio se marcha. Acto seguido, se me
acerca el hospitalero, muy enfadado también, y me dice que cómo le digo al italiano que hay plazas libres. Le aseguro que yo
le he dicho que no sabía si había o no plazas libres. Se marcha bastante enojado.
Detalle de "las medias" de Jenni
Caminamos hacia el precioso pueblo con intención de tomar algo. Nos acoplamos en una de las cafeterías donde pedimos
unas cañas y después una botella de ribeiro. Sólo con los pinchos (empanada, bandeja de jamón, queso, etc.) damos por
finalizada la comida. Tessa se ha marchado a visitar Vigo y Jenni se sienta con nosotros. Algunas
peregrinas madrileñas
están en una mesa contigua a la nuestra. Primi, enredando como siempre, les dice que si saben jugar al mus. Parece que a
alguna le hace ilusión echar un mus y nos retan. Luís dice que se va a echar la siesta, Ángel se va tras él, Jenni se va
con ellos y Primi me llama a la mesa de las madrileñas y me deja allí con ellas. También se va a echar la siesta. Yo no
quiero echar el mus con ellas, por lo que desaparezco.
Torreón y una de tantas iglesias de O Porriño
Doy una vuelta por Porriño. Busco un cajero donde sacar algo de dinero y vuelvo a la cafetería donde se quedaron el grupo
de Madrid. Ya no queda nadie. Me entretengo un poco echando una cerveza con un plato de aceitunas hasta que comienza a
llover con tremenda fuerza.
Varias iglesias y capillas salpican las calles principales de la villa (San Benito, San Lorenzo, etc.) y de regreso a
la plaza el singular edifico del Ayuntamiento, obra de Antonio Palacios, arquitecto nacido en O Porriño pero con
proyección internacional. El singular granito de las canteras del entorno, compacto y de color rosado, es único en el
mundo y se ha utilizado para edificaciones en numerosos países.
Capela de San Benito y Capela de San Sebastian
Me meto en una terraza cubierta de una cafetería cercana al albergue. Desde allí veo los resúmenes de los partidos del
mundial, veo abrirse y cerrarse las barreras que dan paso a los trenes que, por cierto, me entretengo en filmarlo, y veo
pasar a los peregrinos que van y vienen a/de nuestro albergue.
Mientras filmo el paso de un tren veo a Ángel esperando a que se abra la barrera. Le llamo y viene a la cafetería donde me
encuentro. Poco después se acercan Luís, Primi y Jenni. Como no para de llover, decidimos cenar algo allí mismo.
El masaje de Jenni
Después de la cena, volvemos directos al albergue pues nos han comentado que cierran a las 22:00 horas.
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