VIAJE DE SEGOVIA A OPORTO Y VISITA A GUIMARAES
A las 09:20 partirá nuestro avión hacia Oporto desde la Terminal 1 de Madrid por lo que deberíamos estar en el aeropuerto
en torno a las 08:30 de la mañana.
A las 06:30 salimos mi hijo Carlos y yo, en su furgoneta, a buscar a Ángel, a quien recogemos
en la Estación de Trenes de Segovia, a las 06:45. A las 07:00 encontramos a Primi, que puntualmente nos está esperando en
San Cristobal.
Realizamos el recorrido hasta el Aeropuerto Adolfo Suárez sin incidencias. A las 08:40, a pesar del intenso tráfico de la
M40, llegamos a la T1. Allí nos está esperando Luís, el cuarto peregrino del grupo.
A las 09:20 parte nuestro avión de Ryanair rumbo a Oporto, donde estaríamos
una hora después aunque, en realidad, tenemos que atrasar nuestros relojes esa hora porque
en Portugal es una hora menos que en España.
Rumbo a Oporto
Sin salir del aeropuerto de Oporto, tomamos el metro hasta Sao Bento y caminamos cinco minutos hasta el Hostel Dixos,
albergue previsto por Ángel, donde dejamos las mochilas y contratamos el alojamiento en literas a 15 euros cada uno.
Buscando el albergue
Nos vamos a dar una vuelta por el impresionante entorno de la Catedral (Se do Porto, en
portugués). En la Catedral están en misa por lo que tomamos unas cañas al lado mientras termina. Después
visitamos la Catedral y obtenemos las credenciales a 1,50 euros.
La Se do Porto: Siglos XII-XIII; Estilo arquitectónico: románico, gótico, barroco
Tomamos un taxi hasta la estación de Campanha (no hubiera sido necesario porque desde Sao Bento también llega el
tren) y sacamos billete para Guimarães, a unos 50 kms de Oporto. El tren tarda 1 hora y 10 minutos.
En la Estación de Trenes de Oporto
La ciudad histórica de Guimarães se encuentra asociada al nacimiento de la
identidad nacional portuguesa en el siglo XII. Constituye un ejemplo excepcionalmente
bien conservado de la evolución de una localidad medieval hacia una ciudad moderna.
La rica tipología edificada muestra el desarrollo de la arquitectura portuguesa
entre los siglos XV y XIX, con el uso continuo de técnicas y materiales de
construcción tradicionales.
Ya en Guimarães, y otra vez en taxi, nos acercamos al Restaurante Pinguim donde comemos. El taxista se mofa del 5 - 1
del Holanda - España.
La comida muy bien: croquetas y una especie de volavant con unas aceitunas de entrada; caldo verde
y bacalao, una buena fuente para los 4; todo ello regado con 4 cervezas de entrada y dos botellas de
vino blanco. Tocamos a 16 euros por persona. Buena relación calidad precio ya que el bacalao estaba muy
bueno.
Restaurante Pinguim y comida en Guimarães
En la mesa de al lado una madre y una hija de 70 / 50 aproximadamente, se querían enrrollar con nosotros, especialmente
con Michel que estaba al lado.
Después de comer, visitamos el Pazo de Los Duques de
Braganza, la Iglesia de San Miguel do Castelo y el Castillo de Guimarães.
Pazo de los Duques de Braganza
Iglesia de San Miguel do Castelo
Interior de la Iglesia de San Miguel do Castelo
Castillo de Guimarães
Hace bastante calor. Después de una hora más o menos salimos del entorno del pazo y del castillo y
nos acercamos caminando al centro de la villa mientras nos hacemos algunas fotos.
Pasamos junto al convento de Santa Clara, hoy convertido en el Ayuntamiento de la ciudad, rua de Santa Maria, plaza de
Santiago y plaza de Oliveira, con la iglesia de Nuestra Señora de Oliveira y el Monumento al Salado.
Las calles están muy concurridas debido, seguramente, al encuentro
Alemania - Portugal, del mundial de Brasil.
Callejeando en busca de un lugar donde ver el futbol
Por fin encontramos una terraza con televisión en la calle y
nos acomodamos para ver el partido.
Terraza con televisión
Ante la decepción de los portugueses, Alemania le endosa un
4 - 0 a Portugal. El ambiente festivo inicial se apaga poco a poco.
Regresamos al tren de vuelta a Oporto y al albergue.
Anochece en Oporto
Después de las duchas bajamos a cenar al puerto de Oporto, junto al Duero, y en torno a las 23:30 nos vamos
a la cama, en una noche de bastante calor.
La visita a Guimaraes nos ha encantado a todos.
Buen ambiente en el puerto de Oporto
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