CAMINO DE SANTIAGO 2019
Miércoles, 19 de Junio de 2019
Neda - Miño - 26 kms

Nos levantamos en torno a las 7:15 y aún estábamos en el albergue los 5 peregrinos que hemos dormido allí; el día amanece nublado pero con algunos claros de fondo y de momento no llueve; tampoco parece que ha llovido en esta noche. Después de la recogida de trastos y hacer las mochilas, salimos a desayunar a un bar justo nada más llegar a la carretera dónde nos invitan a un par de churros y los desayunos bastante buenos a 2,30 cada uno. En torno a las 8:20 empezamos la caminata cruzando primero el pueblo de Neda capital del concejo y luego el camino se va metiendo por pistas entre las diferentes parroquias hasta llegar al Concejo de Fene. Dado que cambiamos nuestro plan de llegar hasta Miño 10 km después de Pontedeume, atacamos el monte Marraxón con unas vistas magníficas de la ria del Ferrol.



Saliendo de Neda, Ría de Ferrol




Flechas en el Camino Inglés


El Camino va superando las diferentes parroquias del Concejo y, de vez en cuando, alguna cuesta que sorprende por la pendiente.

Durante este trayecto alcanzamos al peregrino de Valladolid que había partido bastante antes que nosotros y en la subida me contaba su intención de llegar también a Miño, pero le dejé atrás dado que las subidas no eran su fuerte; asímismo, una media hora después, alcanzamos a la peregrina de Alemania (Andrea) que estaba almorzando sobre un descampado entre tanta subida.

En este tramo me picó una avispa en la mano, me escocía bastante y fui apretando en el picotazo para ver si salía el veneno.

Disculpándonos por no permanecer un rato con ella, dado que llevabamos la ropa empapada de sudor, llegamos a Cabanas donde paramos a hacer un receso.

En esta población Primi se despistó y tomó un tramo de carretera, haciendo buena la máxima de Michel "... por carretera siempre hay más servicios ...". Sentado en un bar llamó a Angel para comentarle su parada, pero Ángel, que había ido por el camino, había alcanzado la carretera unos 300 metros del lugar en que se encontraba Primi, así que retornó esos metros para tomar unas cervezas juntos.

Ya el camino nos llevaba paralelo a la playa de la Magdalena y al final Pontedeume atravesando el puente sobre el rio Eume.



Playa de la Magdalena




Puentedeume


Buscamos el albergue que se encuentra en unos bajos que al parecer servían de almacén a pescadores para sellar pero a primera vista aparte de estar cerrado nos pareció un poco abandonado. Preguntando en un bar vecino nos remitieron a la oficina de turismo que está en la Torre de Andrade. Fotos de rigor y continuamos por la plaza del Ayuntamiento



Torreón de Los Andrade


Enseguida encaminamos una calle ascendente en la rúa Real y empezando a subir una cuesta de salida de Pontedeume hicimos una parada para picar algo en un bar que nos sonaba de hace muchos años; el bar Compostela, con mostrador entre dos columnas porticadas en la calle. Allí nos tomamos un par de albariños y una buena ración de parrochas que estaban exquisitas.



Bar Restaurante Compostela




Bar Restaurante Compostela


El día seguía nublado y en torno a las 14:15 aproximadamente nos pusimos en marcha. La subida "un señor MIURA", con lluvia permanente y, eso sí, con magníficas vista sobre las ria de Ares y Cabanas. Seguimos subiendo entre bosques de eucaliptos que al menos mitigan el esfuerzo que nos está costando.



Fuertes subidas con lluvia




Fuertes subidas con lluvia


Atravesamos un puente sobre el rio Baxoi que nos lleva a un bonito camino entre helechos.



Puente sobre el rio Baxoi


Al cabo de una hora, aproximadamente, dejó de llover y ya el camino se hizo mucho más agradable, más bien tirando a llano y cuesta abajo, por lo que en torno a las 4 de la tarde llegamos a Miño. Al fin en Miño y tras esta prolongada subida bien se merecía unas cervecitas que degustamos con una empanada, habida cuenta que estábamos cerca del albergue y empezaba a diluviar, pero ya nos había pillado a cubierto, por lo que estuvimos allí un buen rato antes de bajar al albergue. Mantuvimos una charla con unos paisanos de la zona.



Albergue de peregrinos de Miño


Pasadas las 5 de la tarde llegamos al albergue, un poco apartado del pueblo, pero encima de la ría y bastante cerca de la playa grande de Miño. Cuando llegamos la hospitalera nos dijo que solo había una peregrina, que resultó ser Andrea, la alemana, con la que habíamos coincidido el día anterior. Se alegró de vernos.



Albergue de peregrinos de Miño




Con Andrea, en el Albergue de peregrinos de Miño


Tras las correspondientes duchas, asignaciones de camas y siesta, en torno a las 7 nos fuimos a dar una vuelta por la playa. Estaba bastante nublado y a ratos caía un sirimiri. Así llegamos a un bar restaurante en la misma playa y, como estaba empezando a llover más, nos metimos dentro. Resultó que era el cumpleaños de una de las camareras, que cumplía 17 y había ido su familia a celebrarlo con ella, con una tarta, de la cual nos dieron un pedazo para cada uno, tras cantar nosotros el cumpleaños feliz.

Andrea, que se había venido con nosotros, nos comentó que tenía 48 años y una hija de 24 y que era la tercera vez que hacía el Camino.

Pedimos algo para cenar a base de salpicón de rape y marisco, una chuleta de ternera y una ración de bacalao a la gallega, todo ello regado con una botella de albarino. Pasamos allí un buen rato frente al mar y por fin dejó de llover.



Cena en un restaurante de Miño


En torno a las 9 hicimos retirada al albergue bordeando la playa por otro lado para entrar al centro del pueblo. Sobre las 9:30 estábamos en el albergue y allí seguía Bea la hospitalera. Poco antes de las 10 estábamos en la cama.