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CAMINO DE SANTIAGO 2001
De Cacabelos a Santiago de Compostela: 190,1 kms


Por Ángel Rodríguez
"El Camino"


"Si algún día pasa por tu mente ir a Santiago a pie o en bici, espanta ese pájaro negro como si fuera un fantasma. Si de nuevo revolotea, de nuevo rechaza la tentación. Pero si, por tercera vez surgiera, haz que anide en ti y disfruta de la dura y apasionante aventura de recorrer el Camino de Santiago".

Lo mas probable es que si estás leyendo estas notas ya sea la tercera, o la cuarta, o la enésima vez que el pájaro negro te pica en la cabeza y posiblemente hasta haya anidado, hasta hayas hecho el Camino y estés a punto de repetir. Por tanto, estás mentalmente preparado para disfrutar de esta dura y apasionante aventura.

De vez en cuando uno se para a pensar y recordar los viajes, excursiones y escapadas vividas.

En estos trances, hace ya tiempo que llegué a una conclusión: Que toda andadura de este tipo, sea corta o larga, sea de verano o de invierno, de mar o de montaña, debe tener varios ingredientes, a saber:

Un poco de riesgo
Un poco de morbo
Un poco de esfuerzo
Un poco de incertidumbre

Y lo demás, controlado.

La adecuada combinación de todos estos ingredientes hace que la experiencia sea de lo mas placentera.

En el Camino de Santiago es muy fácil la combinación, porque todos ellos están presentes.

El riesgo, es pequeño. Ya no hay bandidos que asaltan a los peregrinos por las corredoiras como ocurría en la Edad Media y, por tanto, ya no son necesarios los Caballeros Templarios para su protección. Pero ahí ha quedado su huella. Hoy el riesgo está en una torcedura, en una tendinitis, en un exceso de ampollas o en un fuerte catarro, casi todo controlable con un poco de preparación.

En cuanto al morbo, un pequeño interrogante: ¿Anda que si se intenta meter alguien contigo en la ducha?. Tranquilo, que ha sido un error. No obstante, la sensación de morbo es personal de cada uno y no merece mas comentarios.

El esfuerzo a realizar depende principalmente de dos cosas: del entrenamiento realizado y del peso de la mochila. Cuanto mas de lo primero y menos de lo segundo, mejor. Las subidas, las bajadas, los kilómetros, los barros, los arroyos y las piedras están ahí y son igual para todos.

No es difícil coger una "pájara" (que nada tiene que ver con el pájaro del que hablábamos al principio), pero no os preocupeis, que el "Elixir del Santo" obra maravillas.

La incertidumbre se presenta con frecuencia. Unas veces hay que sacar el capote para la lluvia y otras veces hay que sacar el de torear (en Galicia hay muchas vacas).

Roncará tu compañero/a de cama en el refugio esta noche?. Con quien te vas a encontrar en la etapa de mañana? Y, si llegas al refugio y está lleno?. Y si no hay agua caliente?.

No te preocupes por nada de todo esto, ya que se improvisa fácilmente sobre la marcha.

Y lo mejor de todo es la gente. Tanto los que están en el Camino, como los que van peregrinando. Da igual la señora del bar de Rente que Ezequiel, el de la pulpería de Melide con su problema de pies, que el anciano francés, las jugadoras de baloncesto, el joven argentino, la pareja de brasileños, las canadienses, las suizas, los alemanes o los españoles/as.

Aquí siempre vas a encontrar buena gente.



Ángel Rodríguez
Segovia, Marzo 2001