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Jueves, 10 de Mayo de 2007
Etapa 1: DE SAINT JEAN PIED DE PORT A RONCESVALLES


Amanece en Saint Jean

El ruido de peregrinos preparando sus mochilas nos despierta muy temprano. Bien descansados, listos para comenzar la etapa, desayunamos en una cafetería cercana al restaurante donde cenamos anoche. Poco después, mientras caminamos hacia la salida del pueblo, algunos compramos agua, fruta, y en mi caso, un par de paquetes de tabaco, carísimo, por cierto.

El Nive

Cruzamos el Puente de los Peregrinos y hacemos algunas fotos mientras nos agrupamos antes de acometer la pronunciada pendiente.

Punto de partida

Mientras el camino se va empinando adelantamos a un peregrino que se parece y me recuerda a Miguel de la Cuadra, fumando tranquilamente su pipa,  quien mezclando el francés y el español nos aconseja tomar el ascenso con calma ya que le parece peligroso. Le han llegado comentarios sobre la muerte de un peregrino hacía pocos días seguramente por un infarto. Un poco preocupados procuramos hacerle caso, aunque pronto le dejamos atrás.

La pendiente se pronuncia

La mañana es espléndida y el sol, caluroso, nos hace sudar. Poco a poco el grupo se estira mientras vamos dejando atrás a muchos peregrinos que ascienden con lentitud. El paisaje, formidable, se abre en cumbres lejanas y verdes praderas que invitan a tumbarse a descansar.

Breve descando

Ángel, Luís y Chema se adelantan poco a poco hasta que les perdemos de vista. Por detrás se han quedado Beni y Marcos. Paco, aunque aún le vemos, viene despacio y también se va quedando rezagado. Poco después Primi se va adelantando hasta que también le pierdo de vista.

Ovejas descansando

El Camino se encuentra muy concurrido. Encuentro y saludo a mi paso a peregrinos franceses, alemanes, austriacos, suizos, portugueses, algún que otro italiano y de otras procedencias, que voy dejando atrás. Cuando me detengo a descansar algunos vuelven a pasar aunque pronto les adelanto de nuevo.

Tablero de orientación

El agua se me ha terminado y hecho de menos algún lugar donde poder refrescarme. Al pasar a una peregrina, me comenta que voy a perder mi botellín de agua y acercándose, muy amable, me lo coloca en la mochila. Horas después sabría que se trataba de Marina, peregrina de Móncaco que camina sola.

Inesperadamente aparece lejano ante mis ojos el Refugio de Orisson donde estoy seguro que mis amigos se han detenido a tomar algo. Sorprendido y animado, acelero el paso para llegar cuanto antes.   

El Refugio de Orisson

Efectivamente allí están sentados bajo algunas sombrillas tomando unas buenas jarras de cerveza. Luís se está dando crema antisolar y tiene la cara blanca. Comentamos, muy divertidos, que "El Negro" se ha vuelto "blanco", debido al sol.

Luís, "El Negro", "blanco" por las cremas

Mientras tomamos las jarras de cerveza vemos aparecer a Paco que se acerca despacio. Después de una pequeña I.T.V. (Inspección Técnica de Vehículos) y de comernos alguno de los bocadillos abandonamos el refugio y continuamos la ascensión.

I.T.V.

De nuevo el grupo se disgrega mientras caminamos despacio hacia la cumbre. Aunque hace calor, nos acompaña una brisa muy agradable que nos refresca un poco.

El Camino

Poco a poco ascendemos hacia el Collado de Bentartea mientras numerosos caballos con sus crías pastan tranquilamente sin mostrar curiosidad alguna por los peregrinos. Descansamos de nuevo tumbados en la pradera junto a otros muchos peregrinos agotados por el esfuerzo de la ascensión, mientras admiramos, junto a la Virgen de Orisson, el precioso paisaje montañoso que se perfila al fondo.       

Vierge d'Orisson

El ascenso hasta el Collado de Lepoeder es agotador. Paco nos ha dado un par de chocolatinas que mitigan un poco el hambre al tiempo que nos repone las fuerzas para finalizar la subida.

La cobertura para los móviles es nula. Ángel, Chema y Luís deben ir muy adelantados y de Beni y Marcos no sabemos nada.

En la fuente de Roldan

Ya en la fuente de Roldan decidimos comernos el gran bocata de tortilla con chorizo que Paco ha sabido reservar hasta este momento. Pensamos en felicitar a Marisa cuando regresemos a casa. El bocadillo es exquisito y nos sabe a "gloria". 

En la fuente de Roldan

Poco después entramos en tierras de Navarra donde el ascenso se va haciendo cada vez más suave. El camino serpentea a través de grandes bosques de hayedos que se extienden hasta donde alcanza la vista, sorprendentemente sujetos a un terreno rocoso y vertical. 

Hayedos frondosos

Pronto comenzamos el rápido descenso, ahora ya muy animados al divisar abajo, al fondo, el nucleo de Roncesvalles.  Ángel, Chema y Luís llevan ya un tiempo esperándonos allí. Adelantamos a Marilyn que camina muy despacio con unas chanclas de baño seguramente porque le han hecho daños las botas. Después sabríamos que acababa de estrenarlas.    

Roncesvalles

Ángel nos comenta mediante el móvil que el albergue cierra a las diez de la noche y que ya no hay plazas por lo que piensan reservar habitación en un hostal. Mientras continuamos el descenso, decidimos reservar una habitación de cuatro plazas y otra de dos.

El Silo de Carlomagno

Por fín en Roncesvalles, muy cansados y sedientos, entramos directamente al Hostal La Posada donde nos esperan nuestros compañeros. Descansamos mientras tomamos algunas jarras de cerveza y reservamos plaza para la cena.

Después de una reconfortante ducha damos una vuelta por el pueblo. Beni y Marcos han llegado y logrado literas en el albergue. Venían algo retrasados aunque en varias ocasiones han estado a punto de alcanzarnos. Están tomando algo en una terraza. Visitamos el albergue donde no nos dejan entrar y poco después nos vamos a la misa gregoriana especialmente preparada para los peregrinos. Hay mucha gente y se siente en el ambiente la emoción de los peregrinos.

Misa gregoriana

Una vez finalizada, a las 20:30, nos vamos directamente a cenar al hostal. Las grandes mesas se comparten por los peregrinos según van llegando. Cenamos con una pareja de peregrinos ingleses procedentes de Oxford y Cambridge, respectivamente. Se han conocido en el Camino. Bromeamos sobre las competiciones de regatas que periódicamente enfrenta a ambas universidades inglesas.  

La cena

Después de la cena, en la hermosa habitación de Primi y Paco, jugamos una divertida partida de mus en la que Paco y yo caemos derrotados ante Chema y Luís. Mañana habrá que aguantarlos, sobre todo a Luís. Pero así es la vida.

Poco después, exhaustos, nos vamos a dormir. Aunque el día ha sido agotador, la etapa ha merecido la pena. Las camas son excelentes por lo que pronto me quedo profundamente dormido. Por la mañana Luís comenta que he roncado en algunos momentos.