CAMINO DE SANTIAGO 2012
Viernes, 4 de Mayo de 2012
Etapa 2 - De Jaca a Arrés (25 kms)

Llueve a cántaros.

Por asuntos familiares Ángel ha tenido que abandonar el Camino después de recibir esta noche una llamada telefónica. Se ha marchado esta mañana, muy temprano, a coger un autobús para regresar a Segovia.

Chema, Primi y yo, salimos del Hotel cargados con nuestras mochilas con intención de desayunar en alguna cafetería. A través del cristal podemos ver, mientras desayunamos, el ambiente festivo que hay en el pueblo bajo la lluvia.

Un joven, aparentemente ebrio o drogado, nos pide, de malas maneras, fuego para encender su cigarrillo. El barman nos aconseja que no le hagamos caso. Debe ser normal su desagradable estado.


Recreación histórica de la batalla

Abandonamos Jaca bajo la atenta mirada de la Peña Oroel y bajo nuestros paraguas mientras vamos dejando atrás, entre barrizales, muchas hogueras que han debido mantener encendidas durante la noche las gentes de la población. El ambiente es festivo, a pesar de la lluvia. A nuestro paso, amablemente nos invitan a tomar algo de lo que están asando en las hogueras.


Hogueras bajo la lluvia

Dejamos atrás las hogueras y, siempre bajo lluvia intermitente, continuamos por el Camino que ahora nos introduce en monte bajo.


Puente sobre el río Gas

La insistente lluvia se hace muy molesta y nos obliga a hacer alguna parada para resguardarnos. Ya en el cementerio volvemos a parar pues la lluvia arrecia. Allí nos alcanzan dos peregrinos brasileños a quienes veríamos después con mucha frecuencia.


Refugio

Siempre siguiendo el río Aragón, salvamos el barranco de Atarés por una pasarela y ascendemos al mirador de la Canal de Berdún, donde hacemos una pequeña parada.


Río Aragón y mirador de la Canal de Berdún

Continuamos hasta Santa Cilia de Jaca donde hacemos una parada para sellar nuestras credenciales y tomar un aperitivo.


Santa Cilia de Jaca

Cruzamos la nacional para internarnos por una senda sombría que baja hasta la margen del río, donde cientos de peregrinos han aprovechado los cantos rodados para formar con ellos estructuras verticales semejantes a chimeneas. El conjunto de todas ellas forma un paisaje asombroso.


Peregrina solitaria y estructuras con cantos rodados

En poco tiempo llegamos hasta el puente de piedra sobre el Aragón de Puente la Reina de Jaca. Aquí decidimos pararnos a comer.


Puente de la Reina de Jaca


Finalizada la comida continuamos por la margen izquierda del embalse hacia Arrés, tomando un estrecho sendero que, con un fuerte desnivel, asciende continuamente por el monte Samitier, entre matorrales, entre los que predomina el borj.


Arrés

Poco a poco llegamos al albergue de Arrés ocupado ya por varios peregrinos. Entre ellos se encuentran Fernando e Isidro, de Zaragoza, los dos "brasileiros" que nos han adelantado esta mañana, una peregrina alemana y un alemán, Vanesa, ayudante del hospitalero, y el mismo hospitalero.


Albergue de Arrés

Mientras varios de los peregrinos acompañan al hospitalero a visitar la Iglesia de la Inmaculada Concepción, que se levanta en medio del caserío, formando muralla con el torreón gótico existente en la localidad, yo me ducho y salgo a dar una vuelta por el pueblo.


Iglesia de la Inmaculada Concepción

Pronto la lluvia me obliga a regresar al albergue donde ya están preparando una copiosa cena compuesta, sobre todo, de apetecibles macarrones con tomate y hermosas salchichas.


Salchichas

Una vez preparada la cena, nos hemos sentado alrededor de la mesa y, acompañados con un buen vino aragonés, hemos dado cuenta de los macarrones y las salchichas, mientras comentábamos la procedencia de los distintos asistentes y algunas anécdotas de cada cual.


Cena en Arrés

Algunos de los comensales han contado historias, chistes, cantado canciones e interpretado bailes típicos de sus respectivos entornos: jotas, sambas, etc.


Charlando en la cena


Jota aragonesa y samba de Brasil

Finalizada la agradable cena y la divertida tertulia nos hemos ido retirando cada uno a su litera con intención de descansar. El día ha sido largo, pero ha merecido la pena.