CAMINO DE SANTIAGO 2018
Miércoles, 09 de Mayo de 2018
Porto Mougás - Vigo (32 kms)

Nos levantamos hacia las 8 de la mañana. El dia amenaza lluvia pues amanece muy nublado pero, de momento, no sacamos los paraguas ni ponemos las fundas a las mochilas a ver si así "espantamos" a la lluvia. Desayunamos en el mismo albergue pues nos habían dejado café, bollería y algo de fruta, cosa que agradecimos ya que a esas horas no había nada abierto.

Desconocemos si Carolyn ya se ha ido o si continúa en el hotel, ni si piensa seguir nuestra ruta o hacer la suya. Como no queremos influir en su decisión pensamos ponernos en contacto con ella más adelante.



Hacia Baiona, por la carretera que sigue la costa


Aunque podríamos haber subido por los montes de Baredo, dado que la etapa se nos presentaba larga, decidimos continuar por un camino paralelo a la carretera de la costa. Pronto comenzamos a distinguir entre la niebla las Islas Cies que nos acompañarían durante gran parte de la etapa.



Islas Cies


Después de caminar un par de horas, viendo ya a lo lejos Baiona y frente a las Islas Cies, hacemos un alto en unos bancos que encontramos en el mismo camino para degustar las ultimas tabletas energéticas que nos quedaban y saciar la sed con sendas botellas de agua.



Alto en el camino


Ya llegando a la población, una amable señora en el camino nos indica que deberíamos meter nuestros piés en una pequeña playa (Praia da Concheira), a la entrada de Baiona, pues tiene el agua yodada y nos descansarían bastante.



Monumento a Diego Carmona e Vasco Gallego


Aunque al principio no le dimos importancia por el mal tiempo que hacía, según llegamos a la playa nos animamos a meter los pies. A pesar del frío nuestro pies lo agradecieron mucho y, después de secarnos, para celebrarlo, nos sentamos en una cafetería frente a la fortaleza y el puerto a tomar unas cervezas.



Descanso en la playa


En marzo de 1493 arribó a Baiona la carabela Pinta tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, comandada por Martín Alonso Pinzón, y en homenaje a esta gesta se ha instalado en el puerto una réplica de dicha nave, que puede visitarse; además cada año celebran la efeméride con una multitudinaria fiesta medieval.



Réplica de la carabela Pinta


Después de las cervezas continuamos nuestro camino. Hemos de confesar que no hemos visto ni un solo peregrino en el dia de hoy.



Iglesia de Santa Cristina de Ramallosa


Entramos en la parroquia de Santa Cristina de Ramallosa, en Sabarís, donde destacan sus pequeños puentes del siglo XV, la iglesia y el pazo de Cadaval. Frente a la iglesia tomamos unas cervezas en un pequeño bar.



Puente románico de Ramallosa


A continuación, por el Puente Románico de Ramallosa, cruzamos el río Miñor, que separa los ayuntamientos de Baiona y Nigrán. En este pueblo, San Pedro de Ramallosa, decidimos comer en la tapería El Chó que encontramos a nuestro paso.



Tapería El Chó; San Pedro de Ramallosa


Mientras comemos comentamos que no queríamos cruzar la ciudad de Vigo andando, pues ya lo hicimos un año y nos resultó bastante tedioso tantos polígonos y el puerto sin fin. Así que, después de comer, buscamos una estación de autobuses y tomamos uno que en muy poco tiempo nos acercó hasta el centro de Vigo. Nos hemos ahorrado unos 12 kilómetros.



Plaza de España: Os cabalos de Vigo


Ya en Vigo reservamos un albergue-hotel por teléfono, gracias a la página de eroski.consumer de los Caminos de Santiago. Situado cerca de la Plaza de España, donde se localiza la estatua de los caballos (5 caballos ascienden por un torrente de agua en espiral con casi 20 metros de altura), nos dieron una habitación con cuatro literas con baño. De las cuatro literas ocupamos dos. Al día siguiente comprobamos que había al menos un grupo de seis peregrinos italianos.



Monumento al trabajo (Los rederos)- Ramón Conde.


Una vez acoplados en el hotel salimos a dar una vuelta por la ciudad con intención de acercarnos al puerto y cenar algo por allí. Cerca del monumento a Julio Verne cenamos un poco de jamón mientras vemos un partido de futbol.



La cena




Monumento a Julio Verne (de José Molares), 2005


Muy cansados, sin ganas de dar más vueltas andando, viendo que en el Mercado da Pedra no hay casi actividad, nos subimos a las inmediaciones del hotel donde localizamos otro bar y vemos la segunda parte del partido. Desde aquí, nos vamos al hotel a dormir.