CAMINO DE SANTIAGO 2018
Jueves, 10 de Mayo de 2018
Vigo - Pontevedra (31 kms)

Nos levantamos a las 08:00 de la mañana. Desayunamos en el bar donde anoche vimos la segunda parte del partido. A nuestro lado está el grupo de peregrinos italianos con los que coincidiríamos varias veces mientras atravesábamos Vigo buscando la famosa Senda del Agua. Aunque no conocíamos esta ruta nos la habían recomendado en el albergue, pues es un camino que transcurre a media montaña y las vistas de la ria de Vigo son impresionantes.



La ría de Vigo


Una vez que encontramos la Senda del Agua, vemos que se trata de una línea serpenteante sobre el asfalto de colores verde y amarillo que comienza en el barrio de Lavadores y tiene unos 13 kms. Es una ruta que porta el agua desde la presa de Eirás en Fornelos de Montes hasta Vigo y donde podemos encontrar pinares, robledales y eucaliptos.



La Senda del Agua




La Senda del Agua: 13 kms


Transcurridos unos 10 kms, bajo un fuerte calor, decidimos pararnos a descansar al lado de una gran chorrera donde cargamos nuestras botellas de agua. Poco a poco van llegando algunos grupos dispersos de peregrinos; canadienses, que nos ofrecen algunos ricos dátiles, un grupo de franceses, y otro par de señoras de San francisco.



Descanso en la Senda del Agua


Continuamos la senda contemplando las preciosas vistas de la ría. El camino es bastante llano pues aunque estamos en mitad de la montaña la vamos rodeando en horizontal, sin subidas ni bajadas.



Vistas de la ría de Vigo




La senda es bastante llana


Nos anima ver algunos avisos de bares pero, para nuestro pesar, los encontramos cerrados. Así, poco a poco, bajo un fuerte calor, llegamos a Redondela.



Anuncios de bares en la senda




Redondela


Redondela, antes villa marinera, se ha transformado, gracias a la industria textil, en villa industrial, y los viaductos de ferrocarril le dan personalidad propia.



Churrería Pepe en Redondela


Paramos en la Churrería Pepe, en el parque que se encuentra a la entrada de la población, y nos sentamos a tomar unas cervezas.



Cervezas en la Churrería Pepe en Redondela


En este bar Primi extiende la ropa que tiene para secar sobre las sillas, con el consiguiente enfado del propietario, que ya nos habían advertido sobre su pecularidad, así que la tiende de nuevo sobre la valla de un campo de fútbol sala al aire libre.



Ropa al sol para secar


Continuamos el camino bajo un sol de justicia. Cuando pasamos por el albergue sellamos nuestras credenciales. Pronto pierdo de vista a Primi que se ha adelantado y me espera en un bar de carretera sentado en una terraza. Mientras me dirijo en solitario hacia la aldea me pasan un grupo de jinetes a quienes pregunto si voy bien y si falta mucho para Arcade, donde tengo intención de invitar a Primi a comer una mariscada. Me comentan que voy bien y que ya no falta mucho. Poco después llego al bar restaurante Jumboli en la aldea de Carballiño donde me está esperando Primi comiéndose un bocadillo de tortilla. Hay allí bastantes grupos de peregrinos.



El grupo de jinetes




Pensión, bar y restaurante Jumboli


De nuevo en marcha abandonamos la parroquia de Cesantes, desde donde divisamos, en la ría de Vigo, la ensenada de San Simon que ofrecía refugio y sostén para los barcos, y la isla de San Simon, de la que cuenta la historia que poseía dos conventos y su última población fue pasada a cuchillo por el corsario Drake y, por supuesto, el puente metálico que es una gran obra de ingeniería.

Subiendo a la parroquia de O Viso, Primi se adelanta de nuevo, o yo me quedo rezagado, que es lo mismo. En un desvío, a mano izquierda, después de una prolongada cuesta, veo una fuente de piedra y un parque infantil a su lado. Dado el fuerte calor, no dudo en sentarme un rato para tomar oxígeno y apaciguar el reseco con el agua, muy fresca, de la fuente. Unos tres kilómetros después llego a Arcade, donde me está esperando Primi. En la Marisquería Arcade degustamos unas exquisitas ostras, gambas y zamburiñas acompañadas con un vinito albariño.



Las ostras, en la Marisquería Arcade


Después de comer, pensamos que se nos había hecho muy tarde para llegar andando a Pontevedra, así que decidimos tomar un transporte público y quitarnos esos últimos 10 kms. Nada más bajar del autobús nos dirigimos al albergue de la Xunta Virgen Peregrina. Este albergue ha sido hasta ahora el mas grande en el que hemos dormido y el mas numeroso en cuanto a peregrinos, aunque no conocíamos a nadie, excepto a una joven italiana, Naomi, con la que habíamos coincidido en Caminha.



Albergue de la Xunta Virgen Peregrina, Pontevedra


Una vez alojados en el albergue salimos a dar una vuelta por Pontevedra. Visitamos el santuario de la Virgen Peregrina, cuya planta tiene forma de Vieira, los Jardines de Casto Sampedro, la bella Fonte da Ferrería y la iglesia conventual de San Francisco, construida con las características propias del gótico.



Chatos en Pontevedra


Mientras damos el paseo tomamos algunos chatos y picamos algo, pues el albergue se cierra a las diez, por lo que regresamos pronto a dormir.