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Mi Primer Camino
(Rodrigo)


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Viernes, 6 de Mayo de 2005
Etapa 2: DE FONCEBADÓN A PONFERRADA

A la mañana siguiente, a las 7:20 ya estábamos arriba dispuestos a desayunar. Mientras Mauri y yo dábamos buena cuenta de sendas tazas de café con tostadas y mermelada, Luis tomaba algo de fruta en el exterior. Allí tuvimos los primeros contactos con otros peregrinos alemanes y belgas. Conocimos a Patricia, catalana afincada en Alemania y a su marido alemán, Ronald. Después de entregarles algunas tarjetas de visita de nuestra página web acompañadas de los comentarios comerciales correspondientes y de hacer algunas fotos nos despedimos de Pepe y Paco, hospitaleros, y comenzamos la nueva etapa. Mauri ya se había marchado hacía tiempo. Marino nos comento que Michel ya estaba allí pero que no tenia ganas de madrugar. Le había dejado dormido en la habitación. Mientras caminaba, saqué mi segundo capítulo de estudio.

Foncebadón

Mientras tanto, muy temprano, Marino, había recogido sus cosas y se había marchado dejando a Michel dormido en la habitación. A las 08:00, Michel había recogido sus cosas y salido en busca del resto. Las calles del pueblo, confirmando lo que le había contado la noche anterior Jose, estaban abiertas por grandes zanjas por donde llevarían el agua. Cuando ha llegado a la Iglesia ya todos nos habíamos marchado. Sin prisa alguna, ha disfrutado de la agradable mañana mientras caminaba solitario por las verdes praderas algo encharcadas por el agua de las recientes y escasas lluvias.

Sombra

Llegando a la Cruz de Ferro, por fin tengo una llamada de Michel preguntando que “dónde coños estamos” y que “a qué vienen tantas prisas”. Prometo esperarle en Manjarín mientras, acompañado por Luis, hacemos algunas fotos en la Cruz. Aprovecho para lanzar la piedra que traía en la mochila desde casa aligerando así un poco su peso.

Luis en la Cruz de Ferro

La Cruz de Ferro

Poco después llegamos a Manjarín, albergue un tanto peculiar. Allí esperaban Luis, Mauri y Marino. Mientras tomamos un café caliente con galletas diviso a Michel que viene despacio allá a lo lejos disfrutando de la espléndida mañana.

Luis

Manjarín es un pequeño grupo de casas en su mayor parte destruidas donde, desde hace poco tiempo, se ha construido un refugio para peregrinos con capacidad para 46 plazas. Varios hospitaleros voluntarios lo mantienen en activo tanto en invierno como en verano. El paisaje montañoso que desde allí se divisa es precioso.

La espada

Nada más saludar a Michel, Mauri, Luis y Marino continúan la etapa. Nosotros nos quedamos mostrando el libro del Camino del pasado año a Rosa, hospitalera voluntaria de Madrid, a Bibiana y a Patricia y Roland, que han llegado tras de Michel.

Manjarin: Patricia, Rosa y Bibiana

Rosa y Bibiana

Algunos peregrinos pasan por el Camino sin detenerse. Marina, la muchacha lavandera, nos saluda desde lejos a su paso. Un bonito perro descansa adormecido en su caseta hecha de piedra sin preocuparse lo más mínimo por lo que sucede a su alrededor. Una agresiva oca arremete con el pico preparado contra cualquier persona que se mueve. Temerosos, tenemos mucho cuidado con ella porque si te engancha te hace daño.

El perro

La oca

Poco después Michel y yo continuamos el Camino mientras le pongo al corriente de la etapa del día anterior. A partir de aquí, y aunque Michel me propuso que leyera en voz alta para después preguntármelo, pensé: “Primi, me parece que los estudios van a pasar a mejor vida”.

Michel

Cuando alcanzamos a Marina, que caminaba solitaria con su típico bastón cruzado a la espalda y que sólo sacaba en las cuestas arriba, aún faltaban unos dos kilómetros para El Acebo. Al pasarla bromeamos sobre el lavado de camisetas a cambio de una jugosa cerveza en El Acebo. Aunque no cerramos en definitiva ningún trato ella apretó el paso tras nosotros que nos acercábamos al pueblo mientras nos preguntaba desde muy atrás si ese era el camino correcto. Tras unas curvas del camino entramos en El Acebo.

El Acebo

Después de tomar algunas fotos en La Fuente de La Trucha, Michel pareció interesarse por una reconstrucción de una casa de piedra que estaban realizando unos albañiles, con quienes comenta algunos aspectos de la casa. Poco después entrábamos los tres en el Bar El Acebo donde pedimos unas cañas. Mauri, que esperaba sentado en la puerta del Bar, decide continuar tras Luis y Marino, que marchaban muy adelantados. De nuevo revisando el libro, vimos que habían desaparecido unos relojes que adornaban las paredes del local. Victorina, la dueña, nos comentó que le habían hecho algunas pequeñas reformas.

La fuente de la trucha

Marina, mientras lía un cigarrillo con tabaco picado a la antigua usanza, incluyendo un pequeño filtro, nos explica que es tabaco de pipa y que así salen los cigarrillos mucho más baratos. La verdad es que da la impresión de que está liando un “porro”, cosa que nos hace mucha gracia.

Iglesia de Santiago

Una vez recuperados, continuamos despacio tras Marina, que se había adelantado. Ya en Riego de Ambrós, desviados un poco del Camino en busca del bar, la encontramos de nuevo tomando un refresco. Le comento entre bromas que si lo que ella sigue son las flechas amarillas que marcan el Camino o las que marcan las cervezas Mahou o Águila. Mientras tomamos unas cañas, nos lía un nuevo “porro” que fumamos entre bromas.

Marina y "el porro"

Otra vez de camino, acompañados ahora por Marina, continuamos hacia Molinaseca donde nos esperaban nuestros compañeros. Cuando llegamos eran las 4 de la tarde y ya habían finalizando la comida. Mientras comíamos nosotros en una terraza exterior de la Posada de Muriel y aunque teníamos previsto en nuestro G.P.S. finalizar la etapa en este pueblo, decidieron continuar hasta Ponferrada dado que aún quedaba mucha tarde.

Molinaseca: Iglesia de San Nicolás

Luis nos muestra un permiso de pesca que ha obtenido en Madrid para la zona de Pereje. Lleva una caña en su mochila, al igual que hizo el año pasado, aunque en aquella ocasión no se atrevió a utilizarla por miedo a alguna sanción. Este año, con su flamante licencia, podrá por fin dedicar una mañana entera a las truchas del río Varcalce.

Permiso de pesca, de Luís, para Pereje

Muchos peregrinos nos saludan a su paso. Algunos sólo se acercaban hasta el albergue para sellar y después regresaban, seguramente a algún hostal del precioso pueblo. Otros se paraban a charlar con nosotros mientras comíamos.

Bibiana

Entre bromas, le dimos nuestras “papelas” a Lola, peregrina malagueña, para que nos las sellara mientras terminábamos de comer. Finalizada la comida, después de hacer una pequeña I.T.V. a una peregrina brasileira amiga de Marina, dados mis conocimientos del tema (Michel es verdaderamente negado para esto y además se marea), decidimos continuar hasta Ponferrada.

Lola

Comida en Molinaseca

I.T.V.

Ya en Ponferrada, acompañados por nuestra buena amiga Bebi, peregrina de Ponferrada a quien conocimos el año pasado y que nos había sorprendido acercándose a Molinaseca en su flamante Audi con intención de saludarnos, sellamos en el albergue. Sólo quedaban literas altas y nos obligaban a estar allí antes de las 22:30, por lo que, con intención de cenar algo, decidimos buscarnos otro refugio. Después de cenar y dar una vuelta por las ambientadas calles de la ciudad, regresamos agotados a dormir.

Con Bebi

Albergue de Ponferrada