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Mi Primer Camino
(Rodrigo)


macardiel@terra.es



Jueves, 12 de Mayo de 2005
Etapa 8: DE PALAS DE REI A RIBADISO DA BAIXO

Como siempre, me despierto muy temprano y una vez levantado subo las persianas permitiendo que una intensa luz entre por los ventanales. El tiempo es espléndido. Como siempre, me gano una gran bronca de Michel por haberle despertado sin ninguna consideración aunque, "como siempre", después se vuelve a quedar dormido.

Angustias sale del Hostal Barcelona. Su Betis, Campeón de la Copa.

Mientras Michel se queda recogiendo sus cosas, bajo a desayunar con los sevillanos. Aunque no es muy tarde los del albergue ya deben haber partido. Michel, sin detenerse en la cafetería a desayunar, comienza su Camino en solitario sin esperarme. Pronto salgo tras él con intención de alcanzarle antes de llegar a Los Somoza mientras los sevillanos finalizan su desayuno.

Saliendo de Palas de Rei

Camino solitario por los bosques de carballos que con sus largas y enredadas ramas nos protegen del caluroso sol. Aunque voy rápido no consigo alcanzar a Michel que también ha debido acelerar.

Yolanda

Después de caminar ocho cómodos kilómetros recordando algunos perros que otros años nos han asustado con sus ladridos diviso la Casa de los Somoza, espléndidas instalaciones de turismo rural atendidas por un simpático y agradable matrimonio Puri y Andrés junto con su ayudante, Julia.

"Casa de Los Somoza": Puri. Al fondo, Andrés

Ya en Casa de Los Somoza encuentro a todo el grupo tomando unos pinchos. Saludo a Puri que ha adelgazado cerca de 20 kilos, según ella misma nos comentó, y a su marido Andrés, y me uno al grupo y a los pinchos.

Julia y Puri

Mientras comemos los pinchos acompañados con algunas cervezas y tomamos algunas fotos llega el grupo de sevillanos.

Con Pilar

Les presentamos a Puri, Julia y Andrés y comentamos sobre el nuevo peregrino que traemos con la embarazada Reyes. Puri, muy amable, le regala un bonito babero para cuando nazca el niño.

Regalo de Puri para el futuro pequeño peregrino

Poco a poco los peregrinos van despidiéndose y desfilando unos tras otros con dirección a Melide, donde teníamos planeado comer en la famosa Pulpería "Exequiel".

Con Andrés

Michel, con intención de llegar pronto a Melide para descargar su tarjeta de la máquina de fotos donde nuestro amigo el fotógrafo, se adelanta con Ángel. Camino con Yoly y Rodri sin fijarme, otra vez, al pasar en las tablas que existen en las esculturas de roca donde se relacionan los componentes del Capítulo General de la Orden del Camino de Santiago, donde algún día esperamos estar reflejados como "Caballeiros". Poco después Michel me comentaría que existen VIII Capítulos con un total de 536 componentes.

Polígono Industrial de Melide: Orden del Camino de Santiago

Polígono Industrial de Melide: del Camino de Santiago

Nueva placa. Total: 536 componentes.

Poco a poco bajo el sol intenso nos vamos acercando a Furelos mientras les explico que en la Iglesia se encuentra el Cristo de la Mano Tendida, que no pudieron ver porque la Iglesia se encontraba cerrada a nuestro paso.

Puente de Furelos

Mientras tanto Pilar, Mauri, Marino, Dioni y Luis llegaban a Melide después de cruzar Furelos. Una de las amigas belgas nos ofrece, muy amable, al pasar algo de comida que rechazamos agradecidos ya que comeremos muy pronto en el Exequiel.

Peregrina Belga

Cuando Michel llega con Ángel al nuevo Exequiel (han cambiado la Pulpería Exequiel a un local más grande y este año le estrenamos por primera vez), deja su mochila en la entrada y se va corriendo, temeroso de que cierren el establecimiento, a ver a su amigo el fotógrafo para vaciar su tarjeta completa ya de fotos. Poco después voy en su busca con intención de saludarle yo también. Le encuentro ya saliendo con sus fotos en un CD y volvemos a entrar para saludar al fotógrafo y regresar acto seguido al Exequiel.

Grupo de peregrinos de Tenerife

Cuando entramos a la pulpería Luis nos presenta a sus simpáticos amigos tinerfeños. Tres de ellos (Sole, Pilar y su marido Santiago), al menos, son policías municipales. Michel les pregunta si llevan el aparato de soplar y Sole, muy divertida, le prepara para hacernos una prueba. Michel sopla y parece que no da positivo. Pienso que deberíamos hacernos esa misma prueba al salir de la Pulpería.

Sole y Pilar

Luis les ha contado nuestros anteriores Caminos, nuestros escritos en las páginas de Internet y la elaboración de nuestras tarjetas y guías (G.P.S.), además de regalarles la suya.

Reyes, la futura mamá sevillana, con Sole, Pilar y Santiago

Nos hacemos algunas fotos junto a ellos y, después de brindar "por un buen Camino", nos retiramos a la mesa, donde nos esperan nuestros compañeros listos para comer. Creo recordar que es la primera vez a lo largo del Camino que comemos todo el grupo juntos (los que salimos antes de Segovia, los que se incorporaron después y la plantilla del Sevilla, ¡¡¡ perdón !!!, de Sevilla, que Angustias y Yoli se me enfadan.

Faltaba Primi

La comida, como siempre, consta de pulpo y patatas y más pulpo y patatas, además del riquísimo vino blanco de ribeiro.

Comida en la Pulpería Exequiel

Mientras comemos, nuestras amigas sevillanas nos cantan algunas canciones también sevillanas, valga la redundancia. Después de brindar con algunos elixires comenzamos a preparar la partida. Aún nos faltan 12 kilómetros que, después de comer, siempre se hacen mucho más largos.

Comida

Mientras salimos, Michel se fotografía con Mercedes, la mujer de Jorge, el dueño de la pulpería, a quien le promete traer un cuadro para su restaurante la próxima vez.

Con Mercedes

También saluda al simpático peregrino austriaco que había conocido en la comida de Triacastela, amigo de la mujer belga.

Peregrino austriaco

Por fin salgo tras de Michel que, sin haber andado aún 500 metros, se da la vuelta en busca de su olvidado móvil. Otra vez en el Exequiel comprobamos algo preocupados que allí no está. Mientras Michel se va haciendo a la idea de que lo ha perdido, llamo a Yoly y me comenta que lo lleva ella. Ya más tranquilos comenzamos el Camino de nuevo.

Músicos en Melide

Sin haber dado cuatro pasos otra vez Michel vuelve a detenerse, esta vez en un banco con intención de escuchar a una pareja de músicos que están tocando la guitarra y el tan-tan. Charlamos algo con ellos y pronto le pasan la guitarra a Michel que, mostrando sus habilidades musicales, se arranca con "Los Sonidos del Silencio", de Simon & Garfunkel. Acompañado por el músico del tan-tan interpreta después "Para que tú lo bailes", de los Chichos.

Compartiendo conocimientos ...

Después de aconsejarles que debían continuar ensayando mucho si querían llegar lejos, logro llevármelo de allí y retomamos la marcha, esta vez decididos a no efectuar más paradas que las imprescindibles. Queremos llegar de día a Ribadiso y ya se nos va echando la tarde encima.

cruceiro

Caminamos rápido sin ver muchos peregrinos. La tarde es calurosa y sudamos los líquidos que previamente habíamos tomado en la comida. Pensamos en la posibilidad de llegar a Ribadiso y que no hubiera literas y, entonces, nos tocaría llegar hasta Arzúa. Esta posibilidad nos hace apretar aún más el paso. De todas formas, Michel se detiene, de vez en cuando, para fotografiar sus iglesias, cruceiros e incluso a las vacas, como él dice, las amigas de Ángel.

Una de las amigas de Ángel

Nada más pasar Boente contactamos con un grupo de peregrinos compuesto por un matrimonio y dos mujeres americanas. Pronto hacemos amistades con ellos y, después de un rato, caminamos juntos con las dos americanas charlando amigablemente y practicando nuestro inglés. El matrimonio que caminaba con ellas se ha ido quedando atrás poco a poco.

Fonte dedicada a D. Manuel Fraga Iribarne

Aunque parecía que querían ya detenerse en algún sitio les animamos a llegar a Ribadiso pues el entorno es muy bonito y el albergue uno de los mejores del Camino. Decididas a continuar con nosotros, seguimos el Camino juntos.

Kyle y Jeanne, peregrinas americanas

Jeanne ha estudiado en su juventud en Santiago de Compostela y tiene intención de volver a los lugares que aún recuerda con cariño. Habla perfectamente el español. Kyle, en cambio, es la primera vez que visita Santiago y habla algo menos nuestro idioma.

Pilar en Ribadiso

Charlando entrenidos los cuatro llegamos a Ribadiso, esta vez sin detenernos en el Mesón Manuel (Bar de nuestra buena amiga Carmen). Ya en el albergue, una vez ocupadas nuestras literas, bajamos al río a meter un rato los pies en el agua. Aunque está fría, los pies descansan y se agradece. Saludamos a nuestros amigos que andan por allí esparcidos tomando el sol y haciéndose fotos y nos vamos a duchar y a vestir para subir al Mesón de Carmen.

Descanso en Ribadiso

Esta vez procuro llevarme la linterna por si acaso. Las noches en Ribadiso, aún con luna, son muy oscuras y hay que tener cuidado. recuerdo que el pasado año, al bajar después de cenar, no se veía un pimiento. También me pongo la camiseta que el año pasado nos había regalado Carmen con publicidad de su restaurante.

Luís, Reyes, Ramón y Paloma

Aunque hemos encontrado literas, el albergue debe estar bastante lleno pues muchos peregrinos a quienes hemos encontrado en distintos lugares del Camino andan por aquí.

Luís, Bibiana y Angustias

Antes de subir hasta el Mesón encontramos a Bibiana con quien nos hacemos alguna foto.

Con Bibiana

Poco después, subiendo ya hacia el Mesón de Carmen, vemos desde el puente a Sole y Pilar que están tranquilamente descansando sentadas en la escalerilla que da al río.

Sole y Pilar

Cuando llegamos al Mesón saludamos efusivamente a nuestra querida amiga Carmen y nos sentamos en la terraza a tomar unas cervezas mientras nos prepara la cena. Hace buen tiempo y pasamos un buen rato charlando.

Mesón Manuel

Cuando entramos a cenar vemos acercarse a Sole y Pilar que vienen con intención de tomarse algo, contentas por haber llegado hasta allí sin incidencias.

Sole

En la cena nos juntamos de nuevo todo el grupo. Una vez finalizada, después de algunos chistes de Carmen, algunos comienzan a retirarse al albergue. Luis y Michel se han bajado con su mechero linterna acompañando a Pilar pues la noche es muy oscura. Pronto me quedo solo con Carmen y Manuel que, mientras cenan, contamos chistes y charlamos animadamente. Cuando le digo a Carmen que no nos hemos detenido cuando hemos llegado por miedo a no encontrar literas ella me comenta que tenemos la suficiente confianza como para dormir allí siempre que queramos. Yo se lo agradezco sinceramente.

Cena en el mesón Manuel

Tiempo después aparecen Luis y Michel que vienen a buscarme. Tomamos un último cubata y, después de despedirnos de Carmen y Manuel agradeciéndoles sus continuas atenciones, nos bajamos hacia el albergue con unas botellas de agua para la noche.

Con Carmen y Manuel

Ya cada uno en nuestra litera comento con Michel los profundos ronquidos que provienen del piso de abajo y que, en otras circunstancias, seguramente nos impedirían pegar ojo durante toda la noche. Parece que proceden de uno de nuestros compañeros del que no quiero desvelar el nombre. (¿ verdad Dioni ?).