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Mi Primer Camino
(Rodrigo)


macardiel@terra.es



Martes, 10 de Mayo de 2005
Etapa 6: DE SAMOS A MORGADE

La noche, una vez que Luis y Michel han dejado de enredar a su regreso, transcurre sin incidencias. Muy temprano, una pareja de peregrinos extranjeros nos ha desvelado con sus ruidos preparando su salida. Han tardado muchísimo en terminar de recoger sus cosas hasta que, por fin, se han marchado.

Salida de Samos

Exceptuando a Michel que, siguiendo su costumbre ha partido el primero sin detenerse a desayunar, mientras lo hacíamos nosotros hemos disfrutado de unas vistas fabulosas del Monasterio. Los sevillanos acostumbran a tomar el desayuno sin prisas y con tranquilidad. Pienso que es una buena costumbre.

Monumento al peregrino

Cuando partimos, Marino y Michel ya deben andar muy lejos y Ángel pronto se adelanta tras ellos. Aunque la temperatura es agradable el cielo, cubierto con enormes nubes negras, amenaza con lluvias.

Michel, siguiendo los pasos de Marino, más adelantado, camina solitario por la carretera hacia Sarria bajo una fuerte lluvia que se ha desatado de repente y no tiene pintas de parar. Si camina por la carretera los camiones le empapan de agua y si intenta caminar por el arcén se encharca las botas. Cerca ya de Sarria, completamente empapado, decide detenerse bajo el techo de un antiguo albergue abandonado y esperar a que cese la lluvia, mientras se cambia de pantalones y calcetines. Marino se había detenido allí mismo unos minutos antes aunque, cuando llega Michel, ya había continuado.

Mientras tanto, acompañado por Yoly y Luis, que se adelantaba de vez en cuando aunque luego nos esperaba, hacemos el trayecto hasta Sarria por el embarrado Camino bajo la fuerte lluvia. Recuerdo que el año anterior, acompañado por Michel, habíamos hecho el trayecto por la carretera. Tras de nosotros venía el resto de sevillanos. Después de efectuar una parada en el albergue de Calvor mientras Luis sigue sin detenerse, Yoly y yo continuamos el Camino, siempre bajo la intensa lluvia.

Sarria

Marino, Ángel, Luis y Michel se habían reunido en Sarria y llevaban mucho tiempo esperándonos. Poco antes de llegar a la cafetería donde nos esperaban, Marino, Ángel y Luis habían decidido continuar aprovechando un momento en que la lluvía había cesado. Michel llevaba dos horas allí cuando subimos las empinadas escaleras y le encontramos.

Después de descansar un rato continuamos los tres camino de Leyman siempre bajo la incesante lluvia.

Cruceiro

Poco antes había llamado a nuestra amiga Carmen, del Restaurante O'Xestelo, de Leyman, no sólo para anunciarle nuestra visita y nuestra intención de comer allí, sino, además, para intentar solucionar un divertido contencioso que desde hacía tiempo mantenía con Michel.

Camino de Leyman

Mientras caminamos, poco a poco me adelanto dejando muy rezagados a Yolanda y a Michel que me siguen de lejos con la mirada fija en la caña y una de mis camisetas que, con intención de secarla, llevaba a modo de bandera y que a ellos les servía como señuelo para controlar por dónde andaba.

Próximos ya a Leyman y respetando el pacto acordado anteriormente con Michel consistente en llegar juntos a Leyman, me detengo y les espero. Juntos de nuevo, retrasada esta vez Yolanda, continuamos el Camino muy próximos ya de Leyman. Ángel, Marino, Mauri y Luis han llegado hace tiempo a O'Xestelo y nos esperan mientras toman unas cervezas.

Llegando al mesón O'XESTELO, Leyman

La lluvia comienza de nuevo y cubiertos con nuestros paraguas no nos fijamos en las fotos puestas en el cruce de la carretera cuando lo pasamos. A lo lejos vemos ya a nuestros amigos junto a Carmen, Sara y Simo que nos hacen señas sonrientes para que retrocedamos. Algo extrañados, volvemos sobre nuestros pasos y nos fijamos en un cartel de anuncios que nos reserva una gran sorpresa. Pegadas al cartel vemos dos grandes fotos plastificadas con nuestros rostros en las que dice: "Se busca este peregrino".

Sorpresa: "Se buscan"

Realmente Carmen nos había sorprendido con su genial idea. Después sabríamos que también había puesto una foto de Ángel pero que el viento se la había llevado. Algunas semanas después la foto de Michel aún continuaba allí. Por fin, bromeando con la grata ocurrencia de nuestra amiga Carmen, llegamos al Mesón donde aún nos esperaban más sorpresas.

Marino en O'Xestelo

En un tablero de corcho colgado de la pared vemos unas cuantas fotos nuestras del Camino del pasado año junto a Carmen y su familia. Por otro lado, en una cómoda del Mesón hay un portarretratos de plata con una foto en el que se nos vé a los tres junto a Carmen.

Recuerdo

Recuperados de las gratas sorpresas nos cambiamos de camiseta y nos acondicionamos un poco con el "aqua velva" de Michel. Por fin utilizo la camiseta que Victor me había pintado a mano y que reservaba para una ocasión especial. Contentos por el reencuentro, charlamos animadamente con la excepcional familia.

Con nuestra buena amiga Carmen

Mientras tomamos algunas cervezas y hacemos algunas fotografías, Simo prepara la espléndida comida. Aunque habíamos previsto que seríamos algunos más, el grupo de sevillanos exceptuando a Yoly se había quedado muy rezagado debido a la lluvia y no llegarían a comer.

Carmen y Sara

Carmen y su madre, Sara, realmente encantadoras, nos envuelven con su simpatía y nos hacen pasar un rato sensacional, inolvidable. Con su envidiable alegría, tanto las dos preciosas mujeres como Jonatan y Naomi, hijos de Carmen, así como su esposo, Simo, nos transmiten una sensación de confianza y bienestar difíciles de explicar.

Sara y Luís

La excelente y abundante comida transcurre entre continuas bromas, chistes y recuerdos.

Sara y Manuel

Ya en la sobremesa se incorpora Manolo, amigo de la genial familia, que, imparable con sus chistes, nos hace reir continuamente sin tiempo a un respiro. Luis también se anima con alguno de los suyos.

Carmen, Mauri y Yolanda

Vuelvo a perder, junto a Michel de compañero, alguna partida al futbolín que teníamos pendiente contra Jonatan, hijo de Carmen, y su primo. Hace ya cuatro años que Jonatan también nos ganó individualmente primero, y acompañado de su madre después. Hoy, sólo Simo y Michel logran un honroso empate contra los dos chiquillos.

Con Carmen y Simo

Chistes de Manolo

Carmen y Marino

Mientras jugábamos al futbolín llegan al Mesón procedentes de Segovia, Pilar y Dioni, que se incorporan hoy al grupo, y Valentín, que les ha traído en coche. También llegan los sevillanos. Después de las presentaciones correpondientes, algunos de los componentes del grupo parten para continuar el Camino. Marino y Luis han salido hace tiempo y Pilar y Dioni, con mono de comenzar el Camino, acompañados por Mauri, parten tras ellos, seguidos de lejos por el grupo de sevillanos. Ángel, Michel, Valentín y yo aún nos quedamos un buen rato.

Se incorporan Pilar y Dioni

Poco después Valentín parte para Segovia anunciándonos que el sábado nos veríamos en Santiago, y Ángel se marcha con intención de comprobar si hay camas en el albergue de Ferreiros. Habla por teléfono con Luís quien le comenta que el albergue de Ferreiros está completo por lo que decide quedarse en Morgade con el grupo de Sevilla. Nos llama para decirnos que ya tenemos una habitación en Morgade, tres kilómetros más adelante, por lo que si Michel y yo antes no teníamos prisa, ahora tenemos menos. Pilar, Dioni, Marino, Mauri y Luis, sin literas en Ferreiros, continúan hasta Portomarín.

Cuando Michel y yo, sin prisa alguna, comentamos nuestra intención de continuar el Camino, Simo, muy amable, se ofrece a llevarnos en coche hasta Portomarín, a pesar de las llamadas telefónicas de Ángel prohibiendo terminantemente a Carmen que nos llevaran. Por fin logramos convencer a Simo, muy empeñado en llevarnos, de que continuaríamos andando y, después de despedirnos de la encantadora familia agradeciéndoles sinceramente todas sus atenciones y dejarles el libro que llevábamos expresamente para ellos, continuamos el Camino

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Morgade

Poco tiempo después llegamos a Morgade donde Ángel y Rodri tomaban unas cervezas en una mesa de la terraza. Ángel había contratado una habitación con tres camas por lo que nos sentamos un rato con ellos antes de irnos a las duchas. Los sevillanos se habían repartido por las habitaciones del precioso hostal.

Morgade

Después de cenar, Noelia, la amable mujer del restaurante, nos permite ver una de las películas de Ángel del Camino del año anterior en el DVD.

Con Noelia

Después de los correspondientes elixires nos retiramos agotados a descansar, no sin antes escuchar muy divertidos los improperios que Reyes y Angustias llamaban a Michel, después de haber subido a buscar la llave de su habitación y bajar sin encontrarla. Angustias la había dejado en la mesa durante la cena y Michel se la había escondido.

Pilar en Portomarín

Mientras tanto el resto del grupo había llegado sin incidencias a Portomarín donde se alojaron en el albergue.

Dioni en Portomarín