Como todos los dias sobre las 7:15 arriba. Desayuno en el propio albergue con tostadas y a 1,50 euros. Muy bien. Sobre las 8:20 estamos en marcha.

En la cuesta después de Portomarín adelantamos a los catalanes Gonzalo y Sandra. Esta va un poco pegada.

En Gonzar para casi todo el mundo, por lo que continuamos hasta Castromaior, donde nos detenemos. Vemos pasar un rosario de más de 50 ciclistas que van haciendo alguna etapa del camino. En la pequeña terraza nosotros dos solos, por lo que vemos pasar a casi todos los peregrinos.

Al poco un coche de la Guardia Civil para junto al bar y hace preguntas a la encargada; después ésta nos cuenta que están buscando a dos rumanas, que se hacen pasar por sordomudas pidiendo limosna y que lo que hacen es robar a los peregrinos. Las habíamos visto justo a la entrada del pueblo, pero al parecer un coche azul ya se las había llevado.

Parada en la terraza del mesón Conde de Valdemar, frente al albergue de Eirexe; vinos y prácticas de italiano por parte de Primi con Vera y su amiga y Angelo.

También llegan las catalanas Jessi, Silvia y Maite (Después sabríamos que no eran dependientas de Zara como, al principio, nos hicieron creer).

Comida en el propio Mesón Conde de Valdemar. Paella y bacalao. Muy bueno, con albariño y demás a 20 euros cada uno.

Llegan Lucía y Melanie, madre e hija alemanas; la madre tenía mala cara por lo que la pregunto que qué tal va todo y me contesta que mal; algo ha sucedido con algún familiar o conocido en Alemania y estaban dudando si continuar el camino o regresar. Me quedo sin saber que decir.

Pasa algún italiano más, en este caso de Sicilia, por lo que Primi no da abasto con las prácticas.

Abandonamos Eirexe después de comer y vamos dejando atrás varios de los muchos nuevos albergues y casas rurales que han surgido en el Camino a lo largo de estos últimos años.

Por fin llegamos al albergue municipal de Palas de Rei, donde nos acoplamos en una habitación de 10 plazas, ocupadas por las tres chicas catalanas, Jessi, Silvia y Maite; otras tres chicas catalanas, más jovenes, que hace tres o cuatro años han terminado ingeniería aeronautica y que, por el momento, siguen en paro; se llaman Marta, Laura y Mirella; las dos danesas Bettina y Hanne-Lise; y Primi y yo. Tenemos problemas para la utilización del aseo con tanta fémina, por lo que hubo que ordenar un poco el tráfico.

Cenamos en el Meson A Forxa junto a las chicas irlandesas que durmieron anoche en Portomarin al lado de Primi. Se llaman Nollaig, Una y Carmel.

Poco después de cenar nos retiramos al albergue a descansar.