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CAPÍTULO VI: EL CARES
VIAJE A LA GARGANTA DEL CARES (PICOS DE EUROPA). DEL 9 AL 11 DE JUNIO DE 1995


Asistentes: Candy y Joaquín; Alfonso y Héctor; Angel y Juan-Pablo. TOTAL ........ 6

PLAN DEL VIAJE.

Viernes 9 de Junio de 1.995.

Salida de Segovia sobre las 3 de la tarde en dirección a León (250 Km. de autovía y buena carretera).

León-Cistierna (aproximadamente 60 Km. de carretera buena).

Cistierna-Riaño siguiendo el curso del río Esla (27 Km. con algún tramo en obras el año pasado).

Riaño-Sta. Marina de Valdeón, por Portilla de la Reina, subiendo el puerto de Pandetrave (aproximadamente 30 Km. de los cuales 20 Km. son de carretera de montaña).

En total unos 370 Km. de los cuales 320 Km. son por carreteras excelentes.

Podemos llegar sobre las 8 de la tarde, y nos alojaremos en la Casa de Turismo Rural "La Ardilla Real" (habitaciones de 4 plazas en literas de dos plazas cada una). Podemos cenar allí mismo o en otro sitio por los alrededores.

Sábado 10 de Junio de 1.995.

A las 9 de la mañana, desayuno.

A las 9,30 salida en coche hacia Caín (15 Km.). En el camino se puede parar en Cordiñanes para ver la panorámica desde el Mirador del Tombo y ya cerca de Caín para ver el Chorco de los Lobos.

A las 10,30 de la mañana marcha por la Garganta del Cares, desde Caín hasta Puente-Poncebos (11 Km. a pié aproximadamente). Terreno llano.

De 1,30 a 2,00 Comida en Puente Poncebos. La vuelta desde Puente Poncebos hasta Santa Marina de Valdeón la podemos hacer de dos formas:

1ª.-A pié, volviendo por la Garganta del Cares.

2ª.-Si alguno no hace la marcha a pié y se va en el coche hasta Puente Poncebos la vuelta, al menos los chicos si están cansados, la podríamos hacer todos en coche. Tiene el inconveniente de que son muchos Km. en coche por carreteras de montaña, pero tiene la ventaja de que hay unas vistas panorámicas impresionantes.

EN COCHE "CAIN / PUENTE-PONCEBOS"

Ida por el Puerto de El Pontón, Desfiladero de Los Beyos, Cangas de Onís, Arenas de Cabrales y Puente Poncebos (Total 115 Km.).

Vuelta desde Puente Poncebos por Arenas de Cabrales, Panes, Desfiladero de la Hermida, Potes, Puerto de San Glorio, Puerto de Pandetrave y Santa Marina de Valdeón (Total 127 Km.).

Llegada sobre las 8 de la tarde a "La Ardilla Real", donde cenaremos.

Domingo, 11 de Junio de 1.995.

F - 1: Panorámica del Valle de Valdeón

Desayuno sobre las 9 de la mañana y a continuación podemos subir al puerto de San Glorio, y hacer una pequeña marcha de 2 Km. hasta el mirador del Oso, desde donde se contempla una impresionante panorámica. Si tenemos suficiente tiempo podemos ir hasta Fuente De y subir en el teleférico (1.000 ptas. persona) o dar una vuelta por la zona de Potes, Monasterio de Sto. Toribio de Liébana, etc. y a las 2 (no conviene ir mas tarde porque posiblemente esté lleno) podemos ir a comer al "Mesón del Oso", uno de los mejores Restaurantes de la zona.

La vuelta, la podemos hacer por el puerto de Piedrasluengas, Cervera de Pisuerga, Herrera de Pisuerga, Palencia y Valladolid (menos Km., pero el puerto es largo y con muchas curvas), o dirigirnos a Riaño y volver por donde habíamos venido.

LUGARES VISITADOS:

Valle de Valdeón.

El Valle de Valdeón está situado entre los macizos Central y Occidental de los Picos de Europa. Gracias a su enclave ("encajado" entre estos dos macizos) podemos disfrutar de la montaña sin tener que disponer de vehículo ya que tenemos rutas de baja, media y alta montaña muy próximas. La más famosa de todas ellas es la Senda del Cares, visitada por miles de turistas todos los años. Encima de nosotros tenemos picos como Torre Santa de Castilla (2596 m.), Llambrión (2642 m.) o la Torre del Friero (2445 m.). Valdeón esta compuesto de una serie de pequeños pueblos repartidos a lo largo de todo su valle.

En lo más alto, si entramos por el puerto de Pandetrave, tenemos Sta. Marina de Valdeón y Prada. Si lo hacemos desde Panderrueda podemos ver Caldevilla y Soto de Valdeón. Estos dos pequeños valles se juntan en Posada de Valdeón que es el centro de los demás, ya que es aquí donde se encuentra el ayuntamiento.

Desde aquí y siempre por una carretera estrechita podemos bajar pasando antes por Cordiñanes hasta Caín, donde la carretera se acaba (!!menos mal!!). El valle vive principalmente de las actividades turísticas y de la ganadería, especialmente vacas y cabras.

Durante todas las épocas del año podemos encontrar alicientes turísticos para visitar este hermoso valle, todavía.

F - 2 : Puente de los Rebecos, en la Garganta del Cares
Caín-Garganta del Cares.

La carretera comarcal C-64, que parte del mismo centro urbano de Arenas, se adentra, en cinco kilómetros, por la Canal Negra, hasta Poncebos, auténtico cruce de veredas por las que se adentra uno en el corazón de los Picos. Hacia el E la carretera continúa, siguiendo el curso del Duje, hasta Tielve y, más allá, a Sotres. Surge también de Poncebos la garganta del Cares, también llamada "Garganta Divina" que, a lo largo de unos diez kilómetros, hasta Caín -ya en la provincia de León- excava hasta extremos insospechados la frontera natural entre los macizos Central y Occidental (o del Cornión) de los Picos; baste decir que "el desnivel total desde el lecho del Cares hasta las más altas cumbres de los dos macizos supera los 2.000 metros", y que "los acantilados verticales que se desploman sobre el cauce alcanzan, en algunos puntos los 1.000 metros mientras que en otros la anchura de éste no supera los tres metros ni los 200 - 250 metros en las partes más altas".

La senda que la recorre, totalmente horizontal y de unos 11 kilómetros de longitud, es fácilmente transitable y de visita casi obligada si se quiere saber lo que puede hacer un río con el lecho calizo de una montaña, el tiempo con la paciencia constante y siempre regenerada, o el hombre con sus imperativos y urgencias de conducir y aprovechar las aguas y superar dificultades. Puentes y túneles cortos y rezumantes abren camino a la senda excavada en los perfiles grises y naranjas de pedreros y rocas; pozas y cascadas se escuchan en las inaccesibles profundidades de la garganta; y una estrecha franja, azul o gris, nos recuerda que el cielo existe más arriba de estas paredes inacabables que conforman un mundo propio y profundo dentro del distinto y elevado de los Picos de Europa. Una senda, abierta en la roca entre 1942 y 1949, discurre por el desfiladero, siguiendo el curso del río. La garganta se cierra poco antes de llegar a Caín; en esta angostura se encuentra la presa construida entre 1917 y 1924 por la Compañía Electra del Viesgo para desviar una parte del cauce a una canalización que recoge, además, las aguas de las riegas de La Jerrera, La Pasada y Canal de Dobresengos para abastecer la central hidroeléctrica de Poncebos.

En el paisaje predomina la roca desnuda salvo en las vegas de Caín, pero resulta sorprendente el gran número de encinas que cuelga de las verticales paredes del desfiladero. Caín, emplazada bajo una vertiginosa caída de más de un kilómetro desde el pico Jultayu (1.935 m), observa una peculiar división en dos «barrios» que responde a la dispar dedicación pastoril -cabras- y agrícola -pequeños huertos y recolección de hojas de tilo- de cada uno de ellos. La ruta del Cares es muy frecuentada por excursionistas, siendo, junto a La Ercina, el enclave de los Picos de Europa que soporta una mayor carga turística; esta circunstancia es responsable de su degradación, especialmente por el depósito de basuras.

Puerto de San Glorio.

La carretera nacional 621, en el tramo que una la Tierra de la Reina, en la provincia de León, con la comarca de La Liébana en Cantábria, cruza el límite de ambas Comunidades en el Puerto de San Glorio, a 1609 metros de altitud, desde donde se contempla una buena panorámica de la Cordillera Cantábrica. En sus inmediaciones se encuentra el Collado de Llesba, donde hace unos años se erigió el monumento al Oso, y que constituye un mirador impresionante del cercano Coriscao, como antesala de los Picos y, dejando a sus pies la comarca de La Liébana, con los pueblos de Cosgaya, Espinama, etc. del Macizo Central de los Picos.

F - 3 Mirador del Tombo, en Cordiñanes.
Lagos de Covadonga. (Ver Cap. II).

EXPERIENCIAS DEL VIAJE.

Viernes 9 de Junio de 1995.

En principio seguimos el plan previsto, pero como se nos dio bastante bien el viaje y llegamos pronto a Sta. Marina de Valdeón, descargamos el equipaje y nos bajamos en coche hasta Caín, ya que por estas fechas anochece bastante tarde (cerca de las 10 de la noche).

En el camino paramos en Cordiñanes, junto al Mirador del Tombo, que es un monumento al rebeco donde además, hay un plano en relieve de las cumbres que se ven desde allí. Estuvimos un rato y continuamos por la carretera-camino hacia Caín, pensando todo el rato que como íbamos a solucionar la papeleta si venía algún otro coche de frente, ya que en la mayoría del recorrido no había mas de 2 metros de ancho. Pero tuvimos suerte, porque por aquellos lugares no había nadie.

Superamos el último tramo de carretera, el mas estrecho y peligroso, porque a la izquierda está el río, en un barranco de 8 ó 10 m. y a la derecha la pared de roca, siendo la separación entre ambos en torno a los 2 metros.

Llegamos a Caín, donde no había ni 4 personas así como un par de tiendas de campaña montadas en los prados junto al río Cares y nos dirigimos hacia la Garganta, cruzando el río para situarnos en la margen derecha; en ese tramo de camino (unos 200 m.) encontramos varias salamandras-babosas, negras, de mas de 10 cm. de largo, que llamó bastante la atención de los chicos y de los padres.

Al llegar al comienzo de la Garganta, se vuelve a cruzar nuevamente el río junto a una pequeña presa, que sirve para canalizar el agua y donde hay unas pequeñas compuertas que permiten mantener el cauce; ya situados en la margen izquierda, hay una serie de "túneles", excavados en la roca, que están continuamente goteando. Terminada la zona de túneles anduvimos un poco mas, hasta un puente llamado de "Los Rebecos", donde figura una inscripción que indica que no deben pasar mas de 6 personas a la vez, y como ya se nos hacía un poco tarde, nos dimos la vuelta, para evitar que el camino de regreso de Caín a Valdeón lo tuviéramos que hacer de noche.

Paramos un poco en la plaza de Posada de Valdeón, para llamar por teléfono a casa y los chicos aprovecharon para dar unas patadas al balón y continuamos hasta Sta. Marina donde llegamos completamente de noche.

En la casa rural "La Ardilla Real", estabamos solos, por lo que nos acoplamos los tres padres en una habitación y los tres chicos en otra. Bajamos a cenar, sopa de marisco y chuleta de ternera, por cierto, muy bien guisadas ambas cosas, pero a Joaquín, que es un poco "milindris" para comer, tuvieron que hacerle una tortilla francesa. Nos comprometimos a que antes de volver a casa tenía que probar la carne de la zona, pero su padre no estaba muy convencido de que lo consiguiésemos.

Un ratito de tertulia y nos fuimos a dormir, no sin antes armar los chicos un poco de jaleo con la literas, que si uno arriba, que el otro también quería, etc. y al final Joaquín, por ser el pequeño, tuvo que ceder ante Héctor y Juan-Pablo, que no hacían mas que chincharle.

Sábado, 10 de Junio de 1995.

Nos levantamos entre 8 y 8 y media de la mañana, ya que entraba bastante luz por el "velux" del techo de la habitación y al bajar a desayunar no había nadie en el bar, por lo que nos hicimos notar y al poco rato apareció el camarero con las legañas pegadas.

Desayunamos, nos preparamos los bocadillos, y cogimos los coches en dirección a Caín, teniendo en cuenta que el camino ya no nos pillaba de sorpresa porque lo habíamos hecho el día anterior.

Iniciamos nuevamente la Garganta del Cares con intención, en principio, de llegar hasta Poncebos, es decir, hacer el recorrido completo. Había un poco mas de gente que el día anterior, pero no creo que nos cruzásemos con mas de 20 personas. Ibamos despacio, haciendo bastantes paradas, recreándonos en el paisaje, mirando con los prismáticos y sacando bastantes fotos, sobre todo por la zona del puente de Los Rebecos, donde llegamos el día anterior.

Continuamos la ruta por la margen izquierda y avanzando unos 500 m. mas, aparece un nuevo puente, llamado "Puente de Bolín", que vuelve a poner el camino en la margen izquierda del río, siempre junto al canal; en esta zona es donde aparentemente hay mayores desniveles y donde mas se estrecha la Garganta, por lo que íbamos continuamente pendientes de los chicos. Seguíamos a marcha muy lenta, parando con las cabras que había por el camino y de vez en cuando, al otro lado aparecía algún rebeco, subiendo y bajando por las paredes casi verticales, con una agilidad casi imposible de describir.

Alfonso no hacía mas que decir, que ya estabamos llegando al final, pero a pesar de que la Garganta se ensanchaba, al fondo seguía viéndose el camino, por lo que yo no hacía mas que animarles para que continuásemos otro rato. Paramos en una zona en la que el canal está prácticamente al nivel del camino y estuvimos allí un buen rato comiendo los bocadillos que llevamos y algo de fruta. Logré convencerles para que avanzásemos otro poco y así lo hicimos, pero lo cierto es que no habíamos llevado comida suficiente para pasar el día porque nuestra intención era la de llegar a comer a Poncebos; preguntamos a alguno que pasaba por allí que cuanto faltaba, y por las explicaciones que nos daban yo creo que no habíamos recorrido ni la mitad de la ruta, a pesar de que Alfonso no hacía mas que insistir en que ya teníamos que estar llegando al final.

Hacemos una nueva parada, junto a una caseta pegada al canal y nos dimos la vuelta, un poco mas ligeros que a la ida.

Llegamos a Caín sobre las tres de la tarde y ya había por allí mas ambiente; como teníamos hambre, porque los bocadillos habían sido un "tentempié", nos metimos a comer en un restaurante llamado "La Posada del Montañero". De menú había potaje de garbanzos y filetes de lomo con patatas, lo que nos pareció bien a los mayores y los filetes también a los chicos, excepto a Joaquín, que seguía con lo de las tortillas. Comimos estupendamente y no llegamos a las 1.000 ptas. cada uno.

F - 4 : Monumento al Oso, en el Collado de Llesba.

De regreso a Valdeón hicimos una parada en el llamado "Chorco de los Lobos", a la altura del pueblo de Corona, donde hay unos carteles explicativos del funcionamiento de la trampa que se ponía a los lobos en épocas pasadas y también paramos nuevamente en el Mirador del Tombo. Desde allí, como teníamos buena parte de la tarde por delante, decidimos ir hasta el puerto de San Glorio. Según subíamos hacia Pandetrave, donde paramos para hacernos las fotos correspondientes, ya se veían zonas de nubes y claros, abundando mas las primeras; al llegar a Portilla de la Reina y girar a la izquierda en dirección a San Glorio, salía de vez en cuando el sol, pero el horizonte se veía completamente cubierto. Cuando llegamos a la cima del puerto, la parte de la provincia de Cantábria estaba totalmente cubierta por la niebla. Allí mismo se inicia un camino de tierra que va hasta el Collado de Llesba, donde está el monumento al Oso, por lo que decidimos llegar hasta allí; el camino tenía bastantes baches, que se habían formado por los regueros de agua procedentes del deshielo, por lo que había que circular con bastante precaución para evitar dar en los bajos del coche. De hecho, Candy, con su Seat Toledo, dio varias veces en los bajos. Al cabo de un par de kilómetros llegamos hasta el monumento al Oso, donde estaba chispeando, posiblemente por el efecto de la niebla "meona", ya que a partir de allí, en dirección a Cantábria, no se veía nada a mas de 10 metros; sin embargo mirando en dirección a León y el Pico Coriscao se veía un paisaje precioso. Estuvimos un rato, nos hicimos algunas fotos, y regresamos hasta Sta. Marina de Valdeón, donde lucía el sol. Serian aproximadamente las 8 de la tarde y en la casa rural "La Ardilla Real" tenían una pequeña terraza incluso con sombrillas; nos sentamos un rato a tomar unas cervezas mientras los chicos se duchaban, pero a pesar del sol el ambiente era fresco.

Nos duchamos y atusamos un poco y nos bajamos un rato al bar antes de cenar.

Esa noche unos cenamos sopa de pescado y salmón, otros las correspondientes chuletas de ternera y los chicos, como siempre, unos chuletas, otros filetes, huevos fritos y patatas fritas en abundancia. Al final, tomando unos chupitos, se sentó con nosotros el dueño de la casa rural, quien nos explicó que la habían inaugurado el pasado mes de Mayo y nos sacó un Libro de firmas porque quería recopilar las direcciones de sus primeros clientes.

Estuvimos allí un rato charlando y los chicos ya se habían subido a la habitación donde estaban preparando un poco de jaleo, ya que Joaquín bajaba a decirnos que Héctor y Juan-Pablo le estaban incordiando; la verdad es que le echaron varios azucarillos entre las sábanas y el chico tenía sus motivos para quejarse.

F - 5 : En los lagos de Covadonga: Lago Enol.

Entre uno que ronca, los chicos que incordian y que además se escuchaba todo de unas habitaciones a otras, porque la mitad del techo es una lona (menos mal que estábamos solos y no molestábamos a nadie), nos dormimos bastante tarde.

Domingo, 11 de Junio de 1995:

Habíamos decidido el día anterior ir hasta los Lagos de Covadonga, ya que nos habían dicho que la carretera de Valdeón hasta Panderrueda estaba bastante bien; por tanto, nada mas desayunar y liquidar las cuentas en "La Ardilla Real", cogimos los coches en dirección a Posada de Valdeón, puerto de Panderrueda (hicimos una paradita en el mirador de Valdeón para sacar unas fotos) y puerto del Pontón; desde allí, siguiendo el curso del Sella, por el valle de Sajambre, llegamos al desfiladero de Los Beyos, que alguno ya conocíamos de experiencias anteriores y donde hicimos una nueva parada en una zona donde hay paredes verticales de roca entre las cuales discurre encajonado el río Sella; estando parados pasó un Land Rover de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias y nos dijo que circulásemos porque eran frecuentes los desprendimientos; nos metimos nuevamente en los coches en dirección a Cangas de Onís y tras una nueva parada para echar gasolina, cogimos la carretera de Covadonga y los Lagos.

Estuvimos un buen rato por allí, dando una vuelta, haciendo el obligado reportaje fotográfico y tomando un chorizo a la sidra en el chiringuito que hay frente al Lago Enol; aunque había bastantes nubes, no impedían contemplar el panorama y por lo demás hacía bastante bueno.

Bajamos desde los Lagos nuevamente hasta Cangas de Onís y desde allí cogimos la carretera en dirección a Oviedo, con intención de parar a comer en Nava, la tierra de la sidra, ya que pensamos traer unas cuantas botellas. Nos desviamos de la carretera para entrar en el pueblo de Nava y antes de llegar había un restaurante donde decidimos para a comer.

Tras unos entrantes y sopas, nos dijo el camarero que tenían una excelente "carne roxa" que se hacía en la propia mesa sobre una piedra caliente, por lo que a los chicos les pedimos el filete correspondiente y para nosotros tres pedimos un kilo y medio de "carne roxa", que son chuletones de buey o de vaca a los que se les quita el hueso y se cortan atravesados; con el sebo impregnamos la piedra caliente y sobre ella íbamos asando los trozos de carne, que estaba estupenda y se nos acabó enseguida, ya que algunos chicos probaron y también les gustó; pedimos otro kilo y medio, todo ello bien regado a base de sidra y ya por fin nos quedamos satisfechos.

Salimos del restaurante y dimos una vuelta por el pueblo con intención de comprar la sidra en un lagar, pero como era domingo estaban todos cerrados y como ya eran las 5 de la tarde, decidimos ponernos en ruta hacia casa. Yo había quedado con Alfonso de que en el viaje de vuelta el traería el coche y, en principio así lo hicimos; pero antes de llegar a Oviedo (unos 35 Km.) ya decía que se estaba quedando dormido, por lo que le dije que cuando viese un sitio adecuado parase. Nada mas pasar la circunvalación de Oviedo paró y cogí yo el volante hasta Segovia, donde llegamos sobre las 9,30 de la tarde.