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CAPÍTULO III: LA COSTA ASTURIANA
VIAJE A LA COSTA ASTURIANA DE LLANES Y OVIEDO. DEL 21 AL 22 DE AGOSTO DE 1993


Asistentes: Angel, Mª Antonia y Cristina.

Alojamiento:

Camping.

Pan de viaje:

El viaje se planea con motivo de ir a ver a Juan-Pablo, que está en un campamento en Poo de Llanes.

Lugares visitados:

LLANES (Celorio y Poo de Llanes).

Municipio de la provincia de Asturias situado al NE del Principado; al norte el mar Cantábrico, al sur la sierra de Onera. Está bañado por el océano y por los ríos Deva a oriente y Sella a occidente. Dista 111 km. de Oviedo y cuenta con 13.382 habitantes y una extensión de 260,32 km².

Historia

Sus remotos orígenes podrían encontrarse en la cercana localidad de Vidiago, donde existe un yacimiento prehistórico en el que se pueden contemplar restos de pinturas, grabados e incluso un ídolo, el de Peña Tú. Pero realmente cuando la villa comienza a adquirir importancia fue a partir de la Edad Media, entre los siglos XI y XIII. En el año 1206 Alfonso IX de León le otorgaba su fuero y en 1295 participaba en las Cortes de Valladolid, ya con su actual topónimo.

Patrimonio artístico

F - 1 : Vista general de Llanes.

Los monasterios de San Agustín de Bedón y San Salvador de Celorio, ambos benedictinos de comienzos del siglo XI. Restos del castillo y de las murallas, del siglo XIII. Iglesia de la Asunción, concluida en el XVI.

Como zona residencial posee numerosas casonas y palacetes, como la casa de los marqueses de Catañaga, siglo XV, la de los Condes de Vella del Sella, los palacetes de los marqueses de Argüelles y de los Altares, de los condes de Mendoza y del Valle del Pendueles. Casino, de estilo modernista del siglo XIX. Mirador de San Pedro y sus paseos, constancia del carácter de lugar de veraneo de la alta burguesía española en el siglo pasado.

Flora y fauna

El río Deva y Sella situados a oriente y occidente de esta localidad respectivamente, son el destino de las numerosas lluvias que caen sobre esta zona. Verdes valles, prados maizales y frondosos bosques de robles, pinos, eucaliptos y matorrales, componen la flora de este maravilloso paisaje, en contraste con los acantilados y zonas costeras con blancas aristas calizas de Lapiaz, y playas como las de San Antolín, Barro o la de El Sablón, situada ya en la ría de Llanes.

RIBADESELLA

Municipio de la provincia de Asturias situado a 3 m de altitud, en la desembocadura del río Sella, a cuyas márgenes se extiende, y que dista 84 km. de Oviedo. Es capital del municipio del mismo nombre, y está limitado al N por el mar Cantábrico, al S por los municipios de Cangas de Onís y Parres; al E por el concejo de Llanes, y al O por el de Caravia. Recorre el territorio, de sur a norte, el río Sella que, a su vez, engruesa su caudal con las aportaciones de los arroyos de Santianes y Llovio. Otro importante caudal que riega la zona es el río Guadamía o Aguamía. Cuenta con 6.179 habitantes sobre una extensión de 83,72 km².

Historia.

Ribadesella estuvo habitada desde los más remotos tiempos prehistóricos, tal y como lo demuestran las cuevas de Tito Bustillo, La Cuevona o Les Pedroses, entre otras. También diversos hallazgos de la época romana, sobre todo de carácter defensivo, nos ponen de manifiesto que la villa fue asentamiento romano. A finales del siglo XIII se constituye en municipio, siendo una de las denominadas cuatro sacadas del Principado cuando los Reyes Católicos pacificaron la región, alejándola del poder señorial y feudal y reintegrándola en la Corona. Durante los siglos XVII y XVIII conoció una gran prosperidad gracias a su expansión marítima, claramente reflejada en los excelentes edificios de la época.

F - 2 : Vista del puerto de Ribadesella.

En el margen izquierdo del río Sella se ubica el casco histórico, la Ribadesella vieja, declarado Conjunto Histórico-Artístico; mientras que en la derecha, se encuentran diferentes urbanizaciones muy relacionadas con su actividad turística de la zona. Las dos orillas se unen mediante un puente construido en 1890.

La parte antigua de la villa ofrece una magnífica muestra artística con monumentos tan interesantes como: Palacio de Prieto-Cutre, espléndido ejemplo de la arquitectura civil renacentista. Actualmente es sede del Ayuntamiento. Iglesia de Santa María Magdalena del Puerto, construcción de principios del siglo XX, en la que destaca el Altar Mayor realizado por el escultor Gerardo Zaragoza, y bellas pinturas murales de los hermanos Uría. Ermita de la Virgen de la Guía, patrona de los marineros, data del siglo XVI y está ubicada en el monte Corbero, desde el que se contemplan hermosas vistas. Casa de la Marquesa de Argüelles, en la que destaca la torre original modernista. En la actualidad se ha instalado en ella el Gran Hotel, junto a la playa. La Cuesta de la Atalaya, es uno de los más bellos rincones de la villa en donde se emplazan un buen número de edificios de traza clásica, algunos de los cuales exhiben nobles blasones de piedra.

Flora y fauna

Ribadesella está enmarca en un bello paraje natural que nos ofrece las más variadas formas del paisaje asturiano. En el sur presenta una orografía variable en las sierras de Lirón, el Focau o Toraño, y otras estribaciones de la cordillera Cantábrica. Y en el norte, un suave valle por el que discurren los últimos tramos del río Sella. Incluso la propia villa está protegida por dos pequeñas alturas, el monte Samos donde está instalado el faro, y el Corbero. También tiene excepcionales muestras de las curiosas formaciones de la Naturaleza: la cueva de Tito Bustillo, La Cuevona y la Cueva de la Moría.

En la cueva de Tito Bustillo se reparten, a lo largo de casi un kilómetro, diversas estalactitas y estalagmitas y hacia el final de la gruta aparecen interesantísimas pinturas y grabados parietales rupestres en perfecto estado de conservación. Se trata de unos de los grandes santuarios del arte paleolítico del occidente de Europa, comparable en importancia artística a las cuevas de Altamira y Lascaux, fechado entre el Solutrense final y el Magdaleniense reciente. La cueva fue descubierta en el año 1968, está declarada Monumento Nacional, y es una de las pocas abiertas al público.

La Cuevona, por su parte, es de gran belleza natural y tiene una curiosa configuración. Tras el ingreso se extiende un sendero que alcanza al final un gran espacio de forma circular con paredes de roca viva que ascienden en forma cónica por cuyo vértice penetra la luz natural.

Cueva de la Moría, también excepcional escenario natural de estalactitas y estalagmitas e imprevistas galerías. Es uno de los más importantes yacimientos magdalenienses.

OVIEDO

Capital del Principado de Asturias y centro geográfico, político y administrativo de la región. Ocupa una superficie de 184,32 km². La ciudad está emplazada a los pies del monte Naranco, a 226 m de altitud, incluso algunos de sus declives han pasado a formar parte del casco urbano, tal es el caso de los montes de Buenavista, en la zona O, y los de San Esteban de las Cruces, en el SE, lo que ha conformado un singular trazado urbanístico. Goza de unas temperaturas que no sobrepasan los 30°C en verano, ni descienden por debajo de los 5°C en invierno. Cuenta con una población que alcanza los 204.276 habitantes.

Historia

Su origen se remonta al año 761, en el que se fundó el monasterio benedictino de San Vicente, sobre una colina rodeada de tres montes y en torno al cual no tardó en formarse un poblado conocido con el nombre de Ovetum. En el año 792 queda consolidada como Corte del reino de Asturias y su monarca, Alfonso II el Casto, reconstruye y defiende con murallas toda la ciudad.

Más tarde, se convierte en bastión de la lucha de los astures cristianos contra los musulmanes, especialmente durante el período comprendido entre los años 810 y 914. Será en el año de 1388 cuando don Juan I instituya el Principado de Asturias, título que ostentan los herederos de la Corona, pasando a ser Oviedo la capital del Principado.

Patrimonio artístico

Catedral, situada en el centro de la ciudad. Originariamente en el lugar que hoy se alza, estuvo ubicado el templo levantado en el siglo VIII por Fruela I, más tarde destruido por los musulmanes y reconstruido por Alfonso II. De esta época se conserva la torre del siglo XI, con ventanas románicas, en su costado noreste. El actual templo fue construido entre los años 1328 y 1528 y en él despunta su esbelta torre de 82 m de altura concluida en el año 1539 y considerada una de las más bellas de España.

Iglesia de San Tirso, situada el sudoeste de la Catedral. Fue fundada por Alfonso II, quien la mandó construir a principios del siglo IX. En el transcurso de los años, ha sido objeto de importantes reformas que han eliminado casi por completo su antigua fábrica, de la que sólo se conservan el testero de la capilla mayor y restos de los cimientos. En su interior alberga importantes obras pictóricas como una Adoración de los Reyes Magos, de la escuela de Hans.

Iglesia de San Julián de los Prados o Santullano, situada en las afueras de la ciudad, está considerada como el monumento más importante del arte asturiano: es el templo primitivo más completo que se conserva y, también, el de mayores dimensiones.

Erigida por orden de Alfonso II, entre los años 812 y 842, consta de tres naves, un amplio crucero y ábsides cubiertos por bóvedas de cañón que descansan sobre pilares rectangulares. El conjunto presenta una gran armonía y su importancia radica en las bellas pinturas al fresco que decoran los muros del interior, de gran minuciosidad y evidente tradición románica. Igualmente interesantes son la arquería ciega del ábside central, típico de las construcciones prerrománicas asturianas, y sus capiteles. Está declarada Monumento Nacional.

Al norte de la ciudad se alza el Monte del Naranco con dos de los monumentos prerrománicos más bellos de España:

Santa María del Naranco, fue erigida por Ramiro I en el año 848, como palacete de descanso. En el siglo XIII fue ampliado y convertido en iglesia que goza de la declaración de Monumento Nacional desde 1881. El templo es un gran rectángulo con dos plantas: la baja o cripta cubierta con bóveda de cañón, y la superior o noble, que se divide en tres recintos, uno de los cuales ya fue utilizado antaño como capilla. La gran sala rectangular del piso superior tiene en sus extremos sendos miradores muy abiertos al exterior con huecos que cierran en arcos sobre columnas con capiteles bellamente decorados. Los muros de la gran sala están recorridos por una arquería ciega, y está cubierta con bóveda reforzada por arcos fajones que se contrarrestan por medio de contrafuertes al exterior. Muy interesantes son también los medallones con ornamentación figurativa evocadores del arte de Rávena y Bizancio.

San Miguel de Lillo, también erigida por Ramiro I hacia el año 848, al igual que el cercano palacio de Santa María del Naranco. Del primitivo edifico sólo se conservan en su forma original la fachada de poniente y el ingreso, dados los desperfectos que produjo en el templo el cataclismo ocurrido en el siglo XIII. Consta de tres naves separadas por medio de arcos que descansan sobre grandes columnas con capiteles y basas decoradas. Son interesantes la multitud de detalles decorativos escultóricos de clara influencia lombarda. En los muros quedan restos de las pinturas murales, al igual que en las bóvedas. El conjunto está declarado Monumento Nacional.

Experiencias del viaje

Sábado, 21 de Agosto de 1993.

Salimos de Segovia por la mañana pronto, en dirección a Arévalo, y allí tomamos la autovía del Noroeste en dirección a Benavente. A continuación cogemos la carretera de León y unos 10 Km. antes de llegar a dicha ciudad, la autopista en dirección a Oviedo. Al poco de entrar en la autopista astur-leonesa, hacemos una parada para desayunar.

Después del desayuno, coge el coche Mª Antonia, quien conduce hasta Oviedo, atravesando la zona del embalse y puente de Los Barrios de Luna, así como los 10 ó 12 túneles que hay en el trayecto. Llegamos al campamento en Poo de Llanes sobre las 12 y media de la mañana, y los chicos estaban en la playa, por lo que preguntamos que por donde se iba y hacia allí nos dirigimos.

La playa es una especie de cala grande, protegida del oleaje por un islote rocoso que hay a la entrada del mar, y en ese momento había bastante gente y la marea estaba muy baja. Nos acercamos y vimos a Juan-Pablo que estaba haciendo una especie de castillo de arena, ya que nos explicó que tenían un concurso entre varios equipos que habían formado los acampados, y era importante ganar. Los distintos equipos se diferenciaban unos de otros por unos pañuelos de distintos colores que llevaban al cuello; no parece que le hizo mucha ilusión la visita, porque estaba a lo suyo.

En el mismo equipo de Juan-Pablo estaba alguno de los trillizos; estuvimos allí un rato, hablando con la monitora y el director del campamento, preguntándoles que qué tal se adaptaba, etc. y nos contestaron que estupendamente, que los chicos estaban encantados, nos comentaron algunas de las actividades que hacían, etc. Igualmente les preguntamos que si había algún camping por allí cerca, para quedarnos esa noche y nos contestaron que había varios a 6 ó 7 Km., en las playas de Celorio y Barro.

Nos tomamos un chato en un bar que había junto a la playa, mientras los chicos terminaban sus actividades y después fuimos a ver sus instalaciones. El campamento consistía en unas 20 ó 25 casitas pequeñas, de unos seis metros cuadrados de superficie, construidas de ladrillo y cemento en forma de tienda de campaña, en cada una de las cuales estaban instalados 4 acampados. Además, tenía un par de casas mas grandes donde estaban situadas las cocinas y una especie de salón con televisión, etc.

Decidimos llevarnos a Juan-Pablo y los trillizos a comer fuera y nos dirigimos hacia Celorio. En la misma playa había un chiringuito, con una especie de terraza cubierta por un toldo y nos sentamos allí a comer; mientras nos servían, los chicos se fueron a jugar un futbolín; comimos bastante bien y no fue nada caro. Como tenían que estar en el campamento antes de las 5 de la tarde, nos fuimos a dar una vuelta por la playa y a continuación les llevamos al campamento, quedando en que al día siguiente, antes de marcharnos, les haríamos una nueva visita.

F - 3 : Cristina y las olas en la playa de Celorio.

Una vez los hubimos dejado a los chicos en el campamento, volvimos con el coche hasta Celorio, ya que vimos por allí indicadores hacia un camping; el acceso se hacía a través de unos caminos muy estrechos, en uno de los cuales había una fuerte pendiente, ya que la costa por esta zona es bastante accidentada. Por fin llegamos al camping, llamado "María-Elena", hacemos los trámites en recepción y nos ponemos a montar la tienda; hacía bastante calor esa tarde y cuando terminamos el montaje nos acercamos a una playa que había allí mismo para darnos un merecido baño. Como el camping era bastante grande, en la playa había bastante gente, pero nos hicimos un hueco y Cristina y yo enseguida nos fuimos al agua, que por cierto, no está tan fría como algunos creen. Es una playa bastante mas abierta que la de Poo de Llanes, aunque también tiene un islote rocoso a menos de 100 metros del borde del agua; el oleaje era bastante fuerte, lo cual le gustó bastante a Cristina, que disfrutó de lo lindo; la arena blanca y fina, pero en algunas zonas con rocas, que cuando las cubría el agua eran peligrosas, porque entre la espuma de las olas y el movimiento de la arena, no se veían; de hecho, yo me hice un corte en el pie con una de esas rocas.

Después del baño volvimos al camping para asearnos un poco e ir a dar una vuelta hasta Ribadesella, con intención de cenar por allí. Así lo hicimos y cuando llegamos a Ribadesella tuvimos algunas dificultades para aparcar, ya que eran fiestas y había muchísima gente. Estuvimos dando un vuelta por las calles contiguas al puerto, tratando de buscar un restaurante para cenar y estaban casi todos llenos; por fin nos metimos en uno que no nos gustó mucho y antes de pedir nos salimos, decidiendo ir a cenar al que había junto al camping, que tenía muy buena pinta. Eran mas de las 10 y media de la noche, y por esas carreteras tuvimos que ir con cuidado para no pasarnos del cruce de Celorio.

Llegamos al camping y nos quedamos en la terraza del restaurante, bastante nuevo y muy bien puesto; la terraza cubierta tanto por el techo como por los lados, por una especie de plástico/lona de color amarillo. Cenamos allí estupendamente y además bien de precio. A continuación nos fuimos a la tienda y a dormir.

Domingo, 22 de Agosto de 1993.

Nos levantamos sobre las 8 y media de la mañana y después del aseo correspondiente, me fui a desayunar al mismo restaurante donde cenamos la noche anterior. A continuación empezamos a desmontar la tienda y a recoger los trastos, con objeto de no tener que volver al camping después de ir a ver a Juan-Pablo; no obstante, tardamos un buen rato en liquidar la cuenta en el camping, porque había mucha gente que se marchaba y se formó cola para pagar.

Con el coche cargado nos fuimos hasta Poo de Llanes y cuando llegamos al campamento nos dijeron que se habían ido los chicos a misa. Esperamos un poco a que regresaran y después recogimos la ropa sucia que nos dio Juan-Pablo y algo mas que nos dieron los trillizos para su madre; como no nos hicieron mucho caso, porque los chicos estaban a lo suyo y parece que no les hacía mucha gracia que fueran sus padres a visitarles, nos despedimos de Juan-Pablo y pusimos rumbo hacia Oviedo, con intención de comer allí.

F - 4 : Angel y Mª Antonia en una plaza de Oviedo.

Cuando llegamos, nos dirigimos al centro y metimos el coche en un parking; estuvimos dando una vuelta por la parte vieja y a todos nos pareció una gran ciudad, aunque no se si por ser domingo o por la hora que era, había poca gente por la calle; estuvimos en un bar tomando una sidra y tenía unas mesas donde nos sentamos a comer; muy buen pulpo y unos gambones excelentes, además de otras cosas. Después de comer, Mª Antonia y Cristina se empeñaron en ir al Corte Inglés, que ni sabíamos donde estaba ni si estaría abierto; preguntamos a una señora y nos dijo que allí se cerraba todo los domingos, por lo que se quedaron con las ganas.

Seguimos dando una vuelta por la calle Uría, que parece que es la avenida principal de Oviedo y en una pastelería compraron unos dulces; al cabo de un rato nos dirigimos hacia el parking, con objeto de iniciar el viaje de regreso a casa, por la misma ruta por donde habíamos venido. Llegaríamos a casa cerca de las 10 de la noche.

Como conclusión del viaje quiero destacar los preciosos parajes de la costa asturiana y un poco el desencanto de Mª Antonia, por una parte, porque Juan-Pablo no la hizo mucho caso y, por otra, porque este tipo de viajes, con alojamiento en tienda de campaña, sin comodidades y en aseos comunitarios no encajan con ella. A Cristina le encantó la playa, por el tipo de arena, la limpieza y sobre todo por las olas.