CAMINO DE SANTIAGO 2006

ETAPA 0 - LUARCA (ASTURIAS)

Miércoles, 3 de Mayo de 2006

A las 21:00 horas el tren, inusualmente puntual, arranca desde la estación de ferrocarril segoviana con destino a Madrid. Junto a Chema, Ángel y Primi, una vez colocadas las pesadas mochilas, ocupo cómodamente uno de los asientos del vagón que se ve completamente vacío. Sólo una joven, de cara agradable, lee aparentemente interesada una guía de turismo en inglés.

Estación de Segovia

Pronto entablamos conversación con ella mientras el tren gana velocidad. Sol, procedente de Buenos Aires, pretende viajar con su madre por gran parte del Norte de España y nos pregunta la mejor forma de hacerlo. Mentalmente y ayudados por su mapa le preparamos un recorrido bastante adecuado a sus pretensiones al tiempo que le aconsejamos que alquile un coche en lugar de desplazarse mediante autobuses y trenes. Perdería mucho tiempo y no podría visitar algunos lugares interesantes. Agradecida y curiosa revisa sorprendida nuestra Guía del Peregrino de este año.

Chema charla con Sol

Mientras nos informa, nostálgica, sobre diferentes aspectos de su Argentina, el tren se acerca veloz a nuestro destino. Antes de despedirnos nos asegura que intentará estar el sábado 13 en la misa de peregrinos en la Catedral de Santiago, a las 12:00 de la mañana.

Cuando nos detenemos en Nuevos Ministerios, despedidos ya de Sol después de prometerle nuestra futura visita a su Argentina, abandonamos el tren y tomamos rápidamente el Metro que nos acercará hasta Barajas.

Durante el trayecto charlamos animadamente con algunos de los pasajeros que se interesan sobre nuestro proyecto del Camino. Pronto contactamos con Lupe, simpática mujer valenciana, que nos pregunta por la nueva Terminal del aeropuerto de Barajas. Ángel, experto ya en el tema por sus recientes viajes a Londres, le informa apropiadamente.

Sonriente, nos comenta que se dirige a Santo Domingo con intención de contraer matrimonio. Sorprendidos, nos brindamos a acompañarla hasta la Terminal. Mientras esperamos, pacientes, el autobús que nos acercará a la T4 nos comenta algunos detalles sobre las dificultades que encuentra en su decisión de casarse con un dominicano.

Esperando el autobús para la T4, con Lupe

Después de una larga espera, el autobús nos deja en las impresionantes estructuras arquitectónicas de la T4. Facturamos las mochilas y, como de costumbre, las pesamos y anotamos los kilos. También, como de costumbre, he vuelto a superar el peso previsto.

Michel: 13,800 kgs.
Ángel: 12,300 kgs.
Chema: 11,800 kgs.
Primi: 11,200 kgs.

No nos permiten facturar las cañas por lo que, decepcionados, buscamos un bar donde poder tomar algo, no sin antes atender a una amable azafata que nos aconseja empaquetarlas de alguna manera para poder facturarlas.

En la T4

Mientras tomamos unos bocadillos y unas cervezas, nos entretenemos divertidos, aunque sin mucha convicción, en preparar el paquete con papeles de periódicos, bolsas de basura y cinta aislante que nos han dejado amablemente unos trabajadores del aeropuerto.

Preparando el paquete

El envoltorio queda perfecto. Ángel se ofrece para intentar facturarlas ahora. Cuando regresa nos hace una señal de triunfo. Las cañas saldrán en nuestro avión rumbo a Asturias.

Ángel dispuesto a facturar las cañas

La noche transcurre rápido en la Terminal. Hay poca gente y paseamos admirando las modernas estructuras mientras hacemos tiempo. A las 06:45 nos despedimos de Lupe deseándonos suerte recíproca. Su vuelo saldría mucho más tarde.

Chema, traspuesto

Poco tiempo después, descendemos del avión en Avilés. El vuelo ha sido corto y cómodo. Buscamos nuestras mochilas y el paquete de las cañas que finalmente no aparece. Reclamamos en las oficinas de Iberia, toman nuestros móviles y, decepcionados, sin ellas, salimos de las instalaciones del aeropuerto. Ahora sabemos que se han quedado en Madrid y que llegarán seguramente en algún próximo vuelo. Creo que todos pensamos que, definitivamente, las hemos perdido.

Esperando al tren

A las 08:30 horas, diez minutos de taxi hasta Muros de Nalón para tomar desde allí el tren de vía estrecha (FEVE) que nos acercará hasta Luarca. Llueve con suavidad mientras esperamos. Después de un trayecto de aproximadamente una hora en el que a ratos dormitamos, llegamos a la villa marinera de Luarca.

Mapa del Camino

Máximo, amigo leonés que nos acompañará en este Camino, nos está esperando en el andén de la estación junto a otros peregrinos. Llama mi atención uno de ellos por la gran cantidad de anillos que cubren todos los dedos de sus manos. Después le recordaríamos como "El Señor de los Anillos", aunque ya nunca volvimos a coincidir con él. Continúa suave la lluvia.