CAMINO DE SANTIAGO 2006

ETAPA 1 - DE LUARCA A LA CARIDAD

Jueves, 4 de Mayo de 2006

Nos hemos acercado al centro del precioso pueblo donde, después de un rápido desayuno y un cambio de botas, preparamos los paraguas y la funda de la mochila y comenzamos la caminata hacia La Caridad a través de las calles de Luarca bajo una tenue lluvia. Rompo a sudar en la fuerte ascensión hasta la elegante ermita de San Roque aunque pronto la dejamos atrás para caminar ahora por terreno llano y bien asfaltado.

Luarca

Pronto divisamos la poderosa torre de la Iglesia Parroquial dedicada a San Bartolomé en Otur. El pueblo es extenso y poco a poco lo vamos atravesando. El camino alterna entre asfalto y tierra embarrada. La lluvia ha cesado y un sol luminoso nos hace sudar. Preguntamos a un campesino por la proximidad del mar y nos asegura que está muy cerca y que pronto lo veremos.

Máximo

Otur

En Piñera hacemos un pequeño descanso que aprovechamos para una rápida ITV y unas buenas cervezas. Sentados en los bancos a la puerta del establecimiento nos sorprende el caminar de un perro que, a falta de las dos patas traseras, le han atado un pequeño carrito con dos ruedas. La imagen me impresiona y pienso en el dueño que camina satisfecho delante esperando al perro.

Abandonamos Piñera caminando hacia Navia, donde pretendemos comer. Rezagado junto a Primi, pronto divisamos los elevados puentes que salvan el río mientras cantamos, divertidos, algunas canciones de Los Secretos.

Fuente rústica

Llegamos por fin a Navia separados aunque en cortos intervalos de tiempo. Ángel nos está esperando temeroso de que cierren las cocinas y nos quedemos sin comer. Llueve de nuevo, aunque ahora con más intensidad.

Navia

Mientras esperamos la comida se escuchan voces procedentes de los servicios del restaurante. Ángel y Primi deben estar enredando con el agua. Divertidos vemos a Primi salir sonriente con las ropas mojadas. Han tenido pelea con el preciado líquido.

Después de la comida en el Restaurante Antolín, buena y abundante por cierto, que nos sirve amablemente Lucía, caminamos satisfechos hacia La Caridad. El terreno es llano y hace un sol espléndido. Se camina bien. Poco a poco el grupo se estira y me voy quedando rezagado mientras Primi me espera impaciente.

Primi y Lucía

Nos sorprende la llamada al móvil de un repartidor de Iberia que, tras tratar de contactar con Ángel, lo hace con nosotros. Se encuentra en Navia a unos dos kilómetros. Le esperamos sentados tomando un cubata en el Hotel Restaurante Las Camelias. Pronto tendremos, por fin, nuestras cañas.

"Las Camelias"

Mientras damos cuenta del cubata, ya con el paquete de las cañas junto a nosotros, preguntamos a una señora por los kilómetros que aún nos restan hasta La Caridad. Se trata de Marta, dueña de un restaurante cerca del albergue de peregrinos en La Caridad, que se ofrece a llevarnos en su coche. Rechazamos la oferta, no por convicción sino por arrogancia de "puros machos", aunque prometemos acercarnos a cenar a cambio de que ella nos invite a unas cañas.

La sidra

A las 18:45 llegamos al albergue donde ya se han instalado Ángel, Chema y Máximo. El albergue no está mal aunque totalmente vacío. Sólo encontramos una pareja de alemanes, quienes, al parecer, hacen las veces de hospitaleros.

Después de una buena ducha aparecemos en el Restaurante Quinto donde cenamos excelentemente. Nos sorprende encontrar a Marta allí pues la habíamos olvidado por completo. Aquel era su restaurante.

En la sobremesa comentamos las incidencias del día mientras tomamos unos "elixires". Máximo se compromete a escribir la crónica del viaje. Poco después regresamos al pequeño albergue dispuestos a dormir.

En el Restaurante Quinto

Quizás debido a que la noche anterior no habíamos dormido, quizás a los 28 kilómetros de nuestra primera etapa, o mejor, debido seguramente a ambas cosas, aquella noche no se escucharon ronquidos.