CAMINO DE SANTIAGO 2006

ETAPA 9 - DE ARCA (O Pedrouzo) A MONTE DO GOZO

Viernes, 12 de Mayo de 2006

Muy temprano se escuchan en el albergue movimientos de peregrinos que se preparan para partir. Despierto en mi litera repaso mentalmente los recientes acontecimientos de estos últimos días pasados. Han transcurrido rápido. Aunque este año no hemos encontrado peregrinos el hecho de ser un grupo numeroso ha animado en muchas ocasiones las etapas del Camino. Hoy llegaremos, si no surgen incidencias, al Monte do Gozo, a tiro de piedra de Santiago. Únicamente nos separan unos 18 kilómetros. Mañana, el Camino habrá concluido.

Con estos pensamientos me ducho y preparo mi mochila para bajar a desayunar al bar de Guillermo. Allí nos juntamos y desayunamos tranquilamente y sin prisas.

Desayunando

Esta vez el grupo parte unido y compacto hasta que comienzan los primeros ascensos en los que Primi, emulando a Alvaro Pino, comienza a apretar para subirlos con fuerza. Pronto nos vamos quedando rezagados.

Recorremos los fuertes ascensos por los caminos de tierra del monte hasta alcanzar la cima y comenzar después el cómodo descenso hacia Lavacolla. Antes, en San Paio, paramos en el bar, como en tantas otras ocasiones. Han hecho reformas.

Descanso en San Paio

Saludamos al dueño, con el que nos fotografiamos, y tomamos algunas cañas. Esta vez, Ángel, no nos mete prisa alguna.

En San Paio

Hemos quedado para comer en San Marcos en un establecimiento conocido al parecer por Máximo. Poco a poco nos vamos acercando. En un momento determinado Chema se libra por los pelos de ser arrollado por un ciclista que bajaba a una velocidad endiablada.

"Bollullos"

Las subidas son agotadoras, interminables, y se nos hace muy largo el trayecto.

Bajada a Lavacolla

Sin parar en Lavacolla, comenzamos las fuertes ascensiones hasta las instalaciones de la Televisión Gallega. Poco después, Ángel, Jose, Luís y yo llegamos a San Marcos donde ya nos espera Primi buscando el restaurante. Al no encontrarlo nos quedamos en una pulpería que tenía buena pinta. Tomamos unas buenas cervezas mientras va llegando el resto del grupo. Curiosamente nos invita la mujer que ayer tanto se reía en el bar de Guillermo cuando Primi bromeaba con Tania.

Comiendo en San Marcos

Comemos el menú del día y salimos poco después todos juntos hacia el Monte do Gozo.

Hacia el Monte do Gozo

Por fin en el Monte do Gozo nos hacemos algunas fotos en el Monumento conmemorativo de la visita del Papa Juan Pablo II a Santiago de Compostela.

Subida al Monte do Gozo

En el Monte do Gozo

Poco después Ángel se separa del grupo en busca de una puerta de entrada al gran Albergue Internacional de Peregrinos más cercana a la que solemos entrar habitualmente. Los demás continuamos juntos hasta la entrada oficial.

En el Monumento

La entrada al albergue es divertida. Como si de una patrulla militar se tratara entramos desfilando en formación, marcando el paso, a las órdenes de Ramón, que se auto constituye en capitán.

Las "averías" de Primi

Las "averías" de Primi

Una vez acoplados en nuestras habitaciones y después de las correspondientes duchas, Pilar, Yolanda, Primi y Luís se ofrecen como voluntarios para preparar la colada en las lavadoras del albergue, con polémica entre Pilar y Yolanda sobre si los pantalones rojos de Primi desteñirían o no al resto de la ropa, mientras que el resto nos tomamos unas cañas en el bar. Alguna de mis camisetas aparecerían después efectivamente desteñidas.

Hay tiempo para echar un nuevo mus como revancha al disputado en Baamonde. Esta vez creo que perdimos Jose “El Maestro” y yo. (Digo “creo” porque son tan pocas las veces que pierdo que pronto se me olvidan).

Partida de mus

Finalizado el mus, mientras algunos se echan una buena siesta, Luís, Jose y yo aprovechamos el resto de la tarde para bajar a Santiago a buscar el coche de Luís, aparcado allí desde el día que llegaron a Ribadeo. Cuando llegamos, el coche no está. Ante mi extrañeza, Luís y Jose me aseguran que lo habían dejado allí, bien aparcado.

Sin saber qué hacer, preocupados, preguntamos a un taxista. Inmediatamente nos comenta que, efectivamente, han señalizado hace pocos días la zona pintando en el suelo como zona azul por lo que se han visto obligados a retirar los coches allí aparcados. El amable taxista nos facilita el teléfono del depósito municipal de vehículos al que llamamos inmediatamente. El empleado nos dice que efectivamente han retirado el coche y que esperemos allí mismo, que volvería a llamarnos una vez informado.

Impacientes por recuperarlo, le pedimos al taxista que nos acerque al depósito. Una vez allí, el empleado nos dice que el coche está en la misma zona donde se encontraba pero que lo habían movido unos 50 metros. De nuevo con el taxista regresamos al lugar y comenzamos a dar vueltas buscando el vehículo. Lo encontramos después de un buen rato y regresamos, ya tranquilizados, al albergue, donde el resto de compañeros se disponía ya a cenar en el “O Tangueiro”.

Cenando en el "O Tangueiro"

Mientras Luís, Jose y yo habíamos estado preocupados buscando afanosamente el coche de Luís algunos, muy satisfechos, habían colocado un simpático cartel bajo la televisión del local para que todo el mundo conociera los resultados de la partida y, de paso, no se me olvidara, como habitualmente me sucede cuando pierdo:

Resultados de la partida de mus:
Jose "el Maestro"-Michel: 2
Chema-Luís Barrio: 5

A nuestra llegada encontramos a Helena, nuestra amiga peregrina catalana, que se ha unido al grupo. Venía haciendo el Camino Francés con su novio (cosa que siempre hemos comentado que no suele salir bien). Habían tarifado a lo largo del Camino y, rota la rodilla, con los pies doloridos, había llegado al Monte de Gozo con un día de antelación sobre lo que tenían previsto, sola y en taxi. Cenaría con nosotros.

Helena

El pulpo del “O Tangueiro” está bueno, quizás debido al hambre que ya sentíamos. Finalizada la cena emprendemos la fuerte subida hasta el albergue. Aún en la puerta nos quedamos a jugar a echar una moneda de 20 centavos cada uno contra la pared desde una línea marcada en el suelo. El que la dejara más cerca se las llevaría todas. El reparto fue bastante equitativo entre Luís Barrio y yo. Primi, Luís y Ramón dejaron alguna moneda en el juego. El rato fue agradable y divertido.

En la puerta del albergue

Jugando a "la pared"

Poco después, ya en nuestras literas, a pesar de los ronquidos, pronto nos quedamos dormidos.