CAMINO DE SANTIAGO 2006

PRÓLOGO: ASÍ ES EL CAMINO










Miguel Ángel Cardiel
Segovia, Mayo de 2006


Hace unos minutos he encontrado mi vieja mochila abandonada en un rincón de la buhardilla junto a otros objetos utilizados recientemente en el último tramo del Camino que hemos realizado. Acostumbrado hasta hace pocos días a transportarla continuamente, aún con los hombros doloridos, la había olvidado por completo el mismo día de nuestro regreso. Aunque al principio sientes como que te falta algo, ahora ya no la echo de menos.

Sí echo de menos, sin embargo, aquellos amaneceres preciosos y atardeceres espectaculares, aquellas largas caminatas por senderos interminables, agotados por el sol o entumecidos por la lluvia, en soledad o en compañía, siempre hacia un destino cierto aunque desconocido, siempre hacia el más allá, por aquellos caminos que atraviesan verdes praderas empapadas por el rocío de la mañana o por la lluvia caída durante la noche o que ascienden hacia las cumbres o descienden hacia profundos valles en su atrevido intento de atravesar montañas buscando el paso hacia otras que poco a poco te van acercando al destino prefijado: Santiago de Compostela.

Durante unos días, hemos dejado atrás, olvidadas casi por completo, nuestras actividades habituales para adentrarnos en otras totalmente diferentes. La adaptación a las primeras etapas del Camino, a la carga de la mochila, al cansancio, al esfuerzo y al dolor que producen las botas al caminar, a las literas de los albergues, a conciliar el sueño durante las noches, a compartir desayunos, cenas y comidas con otros peregrinos, muchas veces desconocidos, la adaptación, en definitiva, al Camino, resulta al principio costosa, aunque poco a poco, nos vamos acostumbrando hasta que pronto nos parece algo totalmente habitual.

Ahora, ya concluido, ha quedado atrás. El regreso es tan rápido y efectivo que tampoco nos deja mucho tiempo para adaptarnos de nuevo a nuestra vida cotidiana, habitual, que dejó de serlo hace unos días y que vuelve a serlo hoy, tan de repente.

Así es el Camino.