CAMINO DE SANTIAGO 2006

ETAPA 7 - DE SOBRADO DOS MONXES A RIBADISO

Miércoles, 10 de Mayo de 2006

A la mañana siguiente, el taxi aparece a las 08:30. Primi había comentado con Ángel que si no había plaza para él que no le importaba. Yo no tenía muchas intenciones de andar esos 12 kilómetros. Al final, sólo Angel, Chema y Luis Barrio han tomado el taxi y han regresado a Marcela, esta vez sin mochilas, al punto donde ayer lo dejamos para comenzar la etapa desde allí.

En el Monasterio

Cuando me levanto, Máximo no puede apoyar el pie. Siente unos fuertes dolores. Me comenta que esto ya le sucedió en una de sus visitas a Sudamérica. Deja la mochila en el apartamento y se dirige al Centro de Salud a que le revisen el pie.

Reviso el apartamento por si alguien ha olvidado algo. Allí queda la mochila de Máximo y la bajo junto a las otras. Voy a desayunar al bar de anoche y ya no queda nadie allí. Desayuno sin prisa.

En el Monasterio

Mientras charlo con la mujer que nos ha alquilado el apartamento que me comenta su afición a caminar y que le gustaría hacer parte del Camino en alguna ocasión, veo llegar a los que vienen desde Marcela.

Mientras ellos desayunan, decido comenzar la etapa hacia Arzúa. Pilar, Yolanda, Ramón, Luis, Jose y Primi hace tiempo que se han marchado. De camino, entro en el Centro de Salud con intención de preguntar por Máximo. Le están vendando el pie y, aunque parece que se encuentra bien, no le aconsejan andar por hoy. Poco después tomaría un taxi que le llevaría hasta Ardua.

El día es caluroso y camino despacio mientras Ángel poco a poco se aproxima tras de mi. Dudamos en los cruces de carreteras ante la ausencia de indicadores del Camino. Pasamos Castro, Badelos, Corredoiras, donde alcanzamos a Primi, Luis, Ramón, Pilar y Yolanda que salen de la terraza del bar cuando nosotros llegamos. Luis Martín se había quedado allí descansando. Chema y Luís Barrio, retrasados, han debido despistarse.

Descansando

Descansando

Mientras tomamos unas buenas jarras de cerveza llega Jose que ha venido despacio en solitario. Sentados plácidamente a la sombra, con un sol caluroso, vemos parar un taxi en el stop de la cercana carretera. Máximo se asoma por la ventanilla. Le han vendado el pie y va en taxi hasta Arzúa donde continuará el Camino el próximo día. Le saludamos y vemos cómo se pierde con el taxi rápidamente.

La comida

Los dueños del bar

Poco después continuamos el Camino dejando atrás Boimil. Paramos muy cansados en Boimorto, donde nos esperaban los del grupo adelantado. Unas buenas cervezas y unos pinchos nos ayudan a recuperar las fuerzas.

Canalizaciones

Tiempo después llegan Chema y Luís Barrio que, efectivamente, han dado un buen rodeo, perdidos o despistados. Quieren comer algo pero allí no ofrecen nada por lo que se van a otro restaurante, según nos comentan, bastante cercano. Después sabríamos que no estaba tan cerca.

Poco a poco continuamos hacia Arzúa. De nuevo el grupo se va estirando hasta partirse en varios. Pilar, Yolanda, Primi y Ramón se adelantan otra vez. La subida hasta el pueblo es agobiante de calor. Ángel se adelanta también mientras Jose, Luís y yo nos vamos quedando muy rezagados. No sabemos nada de Chema y Luís Barrio que se han quedado atrás, comiendo. El calor es realmente sofocante. Vemos algunos carteles que indican desvíos hacia Ribadiso. No los hacemos caso pues la idea es llegar a Arzúa primero.

Ya en la entrada de la población, tomando una cerveza, nos llama Primi desde Ribadiso. Yo no creo que hayan llegado ya, pues me parece imposible. Les han indicado un atajo, seguramente uno de los que hemos encontrado en la subida, y me asegura que ya están allí.

Luis, Jose y yo decidimos caminar los tres kms y medio aproximados que nos faltan hasta Ribadiso. Encontramos a Luís Barrio y Chema descansando en uno de los bares de la calle principal y les dejamos allí mientras bajamos hacia el albergue.

Mientras caminamos, nos cruzamos con algunos peregrinos que nos comentan que han conocido a Primi allá abajo.

Cuando llegamos, nos acoplamos en las literas y salimos a meter los pies en el río. El agua está fresca y se agradece. Poco después nos duchamos, llega Máximo con un amigo de Arzua, que nos presenta, y mientras se acoplan Luis Barrio, Chema y él, nosotros subimos hacia el Mesón Manuel con intención de saludar a Carmen y cenar allí.

En el refugio de Ribadiso

Saludamos efusivamente a Carmen, a quien encontramos tan simpática como siempre. Por fin, Chema y Luís Barrio se unen al grupo. Mientras tomamos unas cervezas, sentados en la terraza, Carmen nos prepara una buena cena.

Carmen

En la terraza

En la terraza

Después de la cena, como ya es habitual, concurso interminable de chistes entre Carmen, Jose y Primi. Ángel, vuelve a hacernos reir contando el, ya clásico, del camello.

Carmen y Ángel

Chistes y bromas

Después de tomar algunas fotos nos vamos retirando hacia el albergue. Un último cigarrillo en la escalerilla del rio me permite admirar la noche estrellada. Poco después, me retiro, cansado, a mi alta litera a la que me cuesta un verdadero esfuerzo subir. El día ha sido muy largo. Cansado, pronto duermo profundamente.