Aunque la etapa estaba prevista de 16 kilómetros debido a la falta de albergues en la zona, la tarde anterior, en reunión con la mujer hospitalera, habíamos contemplado la posibilidad de alargarla, ganando así un día. La hospitalera nos aconsejó aprovisionarnos de comida pues no existían establecimientos donde poder comer o comprarla. Siguiendo sus consejos, Ángel acompaña a las mujeres a comprar comida y algunas cervezas que nos repartimos en las diferentes mochilas y comenzamos la marcha.

Ramón meditando

Pronto el grupo se va distanciando ante los fuertes ascensos y el calor agobiante. Caminamos despacio pensando en que la etapa sería la más corta de las planificadas.

El "mimo" peregrino

La flora es preciosa

Nos juntamos de nuevo mientras hacemos un alto para comer un bocadillo en una zona apropiada para campistas.

Pequeña I.T.V.

De nuevo en marcha, llegamos sin detenernos al albergue privado de Miraz, punto previsto en principio de finalización de la etapa.

En el albergue, regentado por una organización denominada Confraternity of St. James, no se nos permitió alojarnos porque sus normas, según nos explicaron, impiden el alojamiento de grupos. Esta circunstancia trastocaba, según ya habíamos previsto, nuestro plan de viaje obligándonos a continuar la marcha y a recomponer las etapas sucesivas.

La organización Confraternity of St. James, según se explica en su página web http://www.csj.org.uk/miraz-intro.htm , fue fundada en 1983 con objeto de acercar a las personas interesadas, a las rutas medievales de peregrinos a través de Francia y España a Santiago de Compostela y a la rica herencia de arte, arquitectura, historia música, fe e interés humano asociado con ellas. Fue fundada como una entidad benéfica no confesional, convirtiéndose en 2001 en sociedad limitada, pero manteniendo su estatus de entidad benéfica.

El albergue que regenta esta organización ocupa la antigua casa rectoral, gracias a la generosidad del obispo de Lugo, lo que expresamente se reconoce en la citada página web. ¡¡¡ Qué pena que la magnanimidad del prelado sea correspondida con un desprecio a determinados peregrinos !!!.

Ante la perspectiva que se nos plantea, sin posibilidad de alojamiento, y dada la hora del día, decidimos continuar. Pocos metros después encontramos un bar donde algunos ya están tomando unas cañas mientras esperan la decisión de contiuar que finalmente tomaríamos.

En el bar de Miraz

En el bar, la señora se queja con razón. Nos comenta que la hospitalera de Baamonde conoce perfectamente su existencia pero no lo comenta por alguna razón, desconocida para nosotros. El caso es que, de haberlo sabido, podríamos habernos evitado llevar la comida y bebida a cuestas durante el tramo andado.

Mientras tomamos unas cañas llamo por teléfono a Quico, nuestro buen amigo de caminos anteriores, alcalde de Rábade, pueblecito que se aparta del Camino unos 25 kilómetros. Nos promete acercarse a cenar con nosotros en Sobrado dos Monxes.

Decididos ya a llegar hasta allí, continuamos el Camino. Ramón no ha parado en Miraz y ya debe estar llegando a Sobrado. Tras él han salido Chema, Máximo y Luís Barrio. El resto vamos tras ellos no sin detenernos en algún bar que encontramos en el Camino a dar cuenta de nuestros bocatas.

Pilar

Las mochilas

Una vez descansados, retomamos el Camino que, llano, transcurre por campos preciosos repletos de flores que invitan a descansar.

Pequeña I.T.V.

Pequeña peregrina

Admirando la naturaleza y algo desanimados por la cantidad de kilómetros que aún nos faltan, Jose, Luís y yo nos vamos quedando rezagados.

Campos hermosos

Poco antes de llegar a Marcela nos llaman los adelantados comentándonos que han tomado sendos taxis hasta Sobrado pues aún faltan 12 kilómetros y se nos va a hacer de noche en lo que llegamos. El plan era volver en taxi al día siguiente a recomenzar el Camino desde allí. Son las 7 de la tarde. Muy animados, nos sentamos en una pequeña parada de autobuses que encontramos allí mismo a esperar al taxista que nos han enviado.

Esperando al taxi

Una señora muy simpática nos entretiene contándonos su afición a caminar mientras esperamos al taxi.

La señora

En un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en Sobrado tomando unas cañas. Primi estaba esperándonos con la cámara preparada para tomar el correspondiente reportaje fotográfico de nuestra llegada en taxi.

Mientras nos esperan

El taxi

Poco después nos acoplamos todos en un apartamento algo ajustado, pues el albergue de los monjes le cierran a las diez y hemos quedado en cenar con el alcalde.

Mientras esperamos a Quico algunos pasean por los alrededores del precioso Monasterio mientras otros toman nuevas cañas de cerveza.

Al fondo, el Monasterio

Algunos se han ido acercando andando al restaurante. Mientras tanto llegan Quico y Chesu a la puerta del apartamento y después de los correpondientes saludos y presentaciones nos acercan al resto en el Audi.

La cena es muy animada recordando con Quico el Camino en el que les conocimos al mismo tiempo que al grupo musical canario. Una vez finalizada Chesu nos obsequia con preciosas canciones con su gaita gallega y su zanfona.

La cena en Sobrado

Quico, el Alcalde

Chesu y la gaita

La zanfona

Después de las emocionadas despedidas regresamos andando al apartamento. Algunos se han quedado a tomar una última copa aunque muy pronto volverían para dormir. La distribución es algo complicada pues muchos debemos hacerlo en el pequeño saloncito del apartamento.

La etapa ha sido realmente dura y pronto dormimos. Esta vez, los ronquidos se han escuchado a lo largo de toda la noche.